Daba ya por cerrado el domingo pero no quiero hacerlo sin dejar un homenaje a Sergio Blanco. Viendo los vídeos de la época me parece claro que nuestra bisoñez democrática tendría un precio. Eso no lo sabíamos, claro, y quien sí lo sabía sólo tuvo que dejar pasar el tiempo y mantener silencio.
Estamos rodeados de tanta inmundicia, tanta mugre, tanto hollín y tan poca frescura que ver la virginidad de aquellos años apabulla. Como su apellido.