el lector que quedó en el limbo entre el eros y el tánatos

Era 2008 cuando se estrenó y en la producción andaban Anthony y Sidney, que no la llegaron a ver en las salas.
Ralph tendría unos 45 y Kate unos 32. Son dos de mis actores preferidos, aunque me gusta más cómo ha evolucionado y se ha mantenido él que ella. De él me gustan mucho sus movimientos, su tempo, su silencio, su voz, su inexpresividad expresiva, su circunspección. Con Kate tengo la sensación de meter en un continente inglés a un contenido italiano del sur.
En The reader no todo funciona bien; de hecho, la apuesta es tan ambiciosa que se descose por varias costuras. Pero eso no me impide disfrutarla, embelesarme con las actuaciones -no sólo las de los arriba citados-, detenerme en la belleza de la recreación del Berlín postbélico o en la turbación de una relación desigual entre un adolescente y una mujer bella y enigmática.
Me gusta haber llegado a ese punto en el que no le exijo a una película que me apabulle y, no por ello, dejo de percibir sus fallas. Sus fallas no me impiden disfrutar de sus aciertos, diría.
Hablaba de la ambición de la película y de cómo acaba volviéndose en su contra. Hoy pasé todo el día con sus dilemas morales flotando sobre mi cabeza. El profesor de Derecho, el adolescente, la mujer, el tribunal, la hija del protagonista, el padre y la madre, la niña judía superviviente, la responsable de la cárcel de mujeres... todos tienen sobre sus cabezas una buena colección de balanzas y conflictos. También me gusta que no haya moralina ni enjuiciamiento, que se muestre al ser humano en su abyección y en su esplendor.
The reader también tiene bicicletas y, aunque me gustaría abordarlas con tranquilidad otro día en su lugar adecuado, de momento dejo aquí un botón de muestra:


Hace mucho que no escribía sobre cine. Hay tantas cosas sobre las que escribir y tan poco tiempo. Hoy lo hago mientras, de nuevo, vuelvo a ver desaparecer la luz en torno a las 22 horas. Quedan los focos sobre el césped artificial y los gritos del entrenador de lejos.

weirdo

bicho.

(Del dialect. bicho, y este del lat. bestĭus, bestia).

1. m. despect. animal (‖ ser orgánico).
2. m. Persona aviesa, de malas intenciones.
3. m. despect. persona (‖ individuo).
4. m. Taurom. Toro de lidia.
5. m. despect. coloq. El Salv. y Hond.Niño, muchacho.

~ raro.

1. m. coloq. Persona que se sale de lo común por su comportamiento.