era un milagro

Summer Kitchen

In June's high light she stood at the sink
            With a glass of wine,
And listened for the bobolink,
And crushed garlic in late sunshine.

I watched her cooking, from my chair.
            She pressed her lips
Together, reached for kitchenware,
And tasted sauce from her fingertips.

"It's ready now. Come on," she said.
            "You light the candle."
We ate, and talked, and went to bed,
And slept. It was a miracle.

Cocina de verano

En el luminoso mes de junio se ponía en el fregadero con un vaso de vino,
y escuchaba a los zorzales,
y machacaba ajos bajo la luz del crepúsculo.

Yo le veía cocinar desde mi silla.
Apretaba los labios
mientras andaba con los cacharros,
y probaba la salsa con la punta de sus dedos.

«Ya está lista. Vamos», decía.
«Enciende tú la vela».
Comíamos y charlábamos, y nos íbamos a la cama,
y dormíamos. Era un milagro.

Donald Hall. Traducción de Juan José Vélez Otero.

viernes de toros

Le envié la foto, sin texto alguno. Me repondió:
- No confundas las estrellas con luces de neón.
Le respondí:
- De momento, nada de adiós muchachos.
Esta madrugada me desperté, era de esperar, con Joaquín en la cabeza sonando.
Por cierto, adiós muchachos no me lleva al tango, sino a la inolvidable película de Louis Malle. Yo tendría escasos veinte años en aquella sala pequeña, mítica, inolvidable, extinta. 
El título de la entrada alude a la placa de la calle, que no se ve bien. Todo muy bien hilvanado.






Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación pegábamos los niños que odiaban los espejos guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York. Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida le pedí que a su antojo dispusiera de mí, ella me dió las llaves de la ciudad prohibida yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo di. Así crecí volando y volé tan deprisa que hasta mi propia sombra de vista me perdió, para borrar mis huellas destrocé mi camisa, confundí con estrellas las luces de neón. Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos, sobre el banco de un parque dormí como un lirón; por decir lo que pienso sin pensar lo que digo más de un beso me dieron (y más de un bofetón). Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna, lo que sé del pecado lo tuve que buscar como un ladrón debajo de la falda de alguna de cuyo nombre ahora no me quiero acordar. Así que, de momento, nada de adiós muchachos, me duermo en los entierros de mi generación; cada noche me invento, todavía me emborracho; tan joven y tan viejo, like a rolling stone.