lecciones de química
química de las combustiones
Lo regalé casi como quien regala un objeto iniciático. Hoy me llegó de la receptora este, digamos, apunte:
Gabrielle y Alison
He vuelto a leer y a disfrutar de estas dos novela gráficas de aquí abajo. Cuando las leí no las referencié en el cuaderno, vete a saber por qué.
Gabrielle tiene 27 años cuando comienza su Afortunada -Lucky- y es enternecedor ver cómo evoluciona su manera de abordar las viñetas a lo largo del libro, como si de la caligrafía de una adolescente se tratara. Su limpieza y su aparente banalidad están al alcance de poca gente. También sus encuadres y su ironía finísima. Tiene una página propia, por cierto. Me iría de cervezas con ella. Debe ser graciosa sin quererlo.
Fun home, de Alison, es otra cosa. También con un trazo minimalista y limpio, pero no tan extremo como la anterior -¿no tan inocente, podríamos decir?-, me recordó mucho a J. J. Millás en El mundo -también la volví a leer hace poco y tampoco la referecié-, sobre todo en la primera parte de este último, por el profundo ejercicio de introspección que conllevan ambos casos. Sospecho que esa introspección viene de años de diván, pues la manera de estructurarla es delatora. Alison tiene 46 años cuando la publica, notable diferencia con Gabrielle. Es una obra plagada de referencias culturales, apropiadísimas -no en balde conformaron su biografía- y ricas en su variedad. Y es una obra dura porque no ofrece a su autora -y por tanto a nosotros- solución al desasosiego que plantea y que es universal. Graciosamente, comparte con la anterior a Proust, no creo que por casualidad. La página de Alison es esta. Tengo serias dudas de que me fuera de cañas con ella.