JP


De todo lo que un servidor ha leído, este que aquí dejo es un claro ejemplo de aquello que a uno le gustaría haber escrito -ya quisiera yo haber escrito, que decía Joaquín en su rap-. Separadas por trece años, la primera con su grupo, Radio Futura, en el álbum de título premonitorio, La canción de Juan Perro; la segunda ya en solitario con su heterónimo a lo Pessoa, Juan Perro, en el titulado Mr Hambre; ambas se conectan en ese ámbito donde habita la épica, lo bélico, lo mitológico, las leyendas, el cielo, la oscuridad, el destino, la fatalidad, la esperanza, las estrellas, el agua, los paisajes costumbristas, el viaje a ninguna parte, la comedia de la vida.  Enorme Mr Perro, señor don Santiago Auserón.

Lluvia del porvenir

Roto está el conjuro de los enemigos
de este pueblo oscuro que ha de florecer.

Del cielo negro cae la lluvia
lágrimas de contento inundan mis ojos.

Exhalando su alma como un perfume
nuestros muertos descansarán.

Un meteoro que se aleja del horizonte
era el espíritu que estaba envenenando el aire

No mas aceros afilados en la brisa
mis pensamientos crecen hacia el cielo.

Hay agua abundante en este páramo
y han vuelto los colores a su rostro.

Ella entiende lo que yo no sé decir
y ahora renace mi orgullo guerrero.

Su pureza me conmueve tanto
como la extraña libertad de sus costumbres.

Y sale del agua con un cuerpo nuevo
sin memoria para los dos.

Exhalando su alma como un perfume
nuestros muertos descansarán.

Hay agua abundante en este páramo
y han vuelto los colores a su rostro.

Y sale del agua con un cuerpo nuevo
sin memoria para los dos.





El carro

Sobre el polvo estrellado
De los caminos
Viene un carro de mulas
De andar cansino
Dónde vas con el carro
Si ya está oscuro
A buscar en la noche
Sitio seguro
Una mula olfatea
Ya su poblado
La otra tira el hocico
Del otro lado
Tiene el carro dos ruedas
De la fortuna
Una rueda es el sol
Otra la luna
Un camino de estrellas
Hay en lo alto
Y en el mío tinieblas
Y sobresaltos
Hay un carro en el cielo
Pintado a mano
Los chavales quisieran
Subir en vano
Déjales tú las riendas
A los chavales
Que las mulas conocen
Los arrabales
Sobre el polvo estrellado
Que cae del cielo
Iba un carro de mulas
Rayando el suelo


 

invisibilidad


No te veo. Bien sé
que estás aquí, detrás
de una frágil pared
de ladrillos y cal, bien al alcance
de mi voz, si llamara.
Pero no llamaré.
Te llamaré mañana,
cuando, al no verte ya
me imagine que sigues
aquí cerca, a mi lado,
y que basta hoy la voz
que ayer no quise dar.
Mañana... cuando estés
allá detrás de una
frágil pared de vientos,
de cielos y de años.

Pedro Salinas

lenguaraz

Now you say you're lonely
You cried the whole night through
Well, you can cry me a river
Cry me a river
'cause I cried a river over you

Now you say you're sorry
For being so untrue
So what, just cry me a river
Cry me a river
I cried a river over you

You drove me
Nearly drove me out of my head
While you never shed a tear

Remember, I remember
All that you said
Told me love was too plebeian
Told me you were through with me

And now you say you love me
Well, just to prove you do
Go on and cry me a river
I'd like to see you cry a river
'cause I´m tired of crying over you

Que si quiere que se la cante como Julie London, le espeta. Y el otro, claro, que no, que lo haga como Dinah Washington. Y se la canta, vaya si se la canta, como ella sabe. No quisiera yo haber estado en su pellejo. O sí.

humbling, poet o actor

In many ways, the work of a critic is easy. We risk very little, yet enjoy a position over those who offer up their work and their selves to our judgment. We thrive on negative criticism, which is fun to write and to read. But the bitter truth we critics must face, is that in the grand scheme of things, the average piece of junk is probably more meaningful than our criticism designating it so. But there are times when a critic truly risks something, and that is in the discovery and defense of the new. The world is often unkind to new talent, new creations. The new needs friends. Last night, I experienced something new: an extraordinary meal from a singularly unexpected source. To say that both the meal and its maker have challenged my preconceptions about fine cooking is a gross understatement. They have rocked me to my core. In the past, I have made no secret of my disdain for Chef Gusteau's famous motto, "Anyone can cook." But I realize, only now do I truly understand what he meant. Not everyone can become a great artist; but a great artist can come from anywhere. It is difficult to imagine more humble origins than those of the genius now cooking at Gusteau's, who is, in this critic's opinion, nothing less than the finest chef in France. I will be returning to Gusteau's soon, hungry for more. 

Peter O'Toole da voz -y qué voz- a Anton Ego en Ratatouille, de Brad Bird. Quizás ayudó al inglés o irlandés, depende de las fuentes, saber de qué se habla cuando dice eso de humble origins: always wanted to try being either a poet or an actor.