el señor de los trenes de la noche

Alta fidelidad

Entre todos los ruidos de la noche
yo distingo sus pasos. Sé
cómo va vestida; lo que piensa;
qué música prefiere. No me importa
su nombre o dónde vive
o en la casa de quién. Y todavía
mucho menos aún qué hará mañana
y hacia dónde se irá: qué oscuros trenes
la envolverán con su jadeo sordo:
qué manos retendrán su mano fría.
Ella camina ahora y yo la siento
cerca de mí; real; cansada; siempre
con ojos asombrados esperando
que algo nuevo suceda; algo que cambie
el monótono ritmo de las horas:
un gesto acaso que ella entendería
y no sabe cuál es. Sólo la noche
acompaña sus pasos desolados
le da cobijo entre las multitudes.
Sólo la noche -como yo- la espera.


José Agustín Goytisolo

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