Muchos años después de la primera vez, volví a ver de nuevo
La colmena, de Mario Camus. Y volví a emocionarme, a sorprenderme, a admirarme,
atónito como un niño, embelesado por tanto talento junto y por la sabia
dirección y recreación de aquel Madrid de posguerra. La novela la leí de joven,
cuando empecé a descubrir la literatura, y recuerdo los días de lectura en la
casa familiar del pueblo, la sensación de estar descubriendo algo grande, algo
que perduraría para siempre.
El artículo que sigue, de El País.
Camilo José Cela interviene como actor en 'La
colmena'
JOSÉ RAMON PÉREZ ORNIA, 17 ENE 1982
El escritor
Camilo José Cela rodó ayer en los estudios Cinearte de Madrid una escena del
largometraje La colmena. Se trata de una adaptación de su propia novela para el
cine y la televisión, según el guión escrito por José Luis Dibildos, que
dirigirá Mario Camus. La película está producida mediante un contrato de cesión
de derechos entre Agata Films y RTVE. Carlos Robles Piquer, director general
del Ente Público RTVE, presenció durante una hora el rodaje y anunció que este
mismo año se estudiará la posibilidad de coproducir con la industria
cinematográfica española series para televisión y largometrajes por un importe
equivalente o superior a los 1.300 millones de pesetas del concurso convocado
por el Ministerio de Cultura en 1979, gracias al cual se está produciendo
actualmente, entre otros programas, el filme La colmena.
Carrilo José
Cela llegó a los estudios Cinearte, situados en la plaza Conde de Barajas
-"junto a la casa donde vivía María Zambrano", comenta Cela- poco
antes de las ocho de la mañana y estuvo en el plató durante algo más de tres
horas. El maquillador le cortó suavemente las puntas del pelo; le vistieron con
una bufanda negra y con un abrigo "siniestro", de la época; le
cambiaron los gemelos, el reloj y las gafas y entró en el primero de los
decorados de la película: el café de Doña Rosa.Estamos en la Semana Santa de
1942, época en la que se desarrolla la acción de La colmena,"entre un torrente, o
una colmena, de gentes que a veces son felices, y a veces, no", como
escribió Cela en la nota a la primera edición de su novela publicada en
Argentina. La secuencia 34 sucede en el interior del café de Doña Rosa. Un
escenario que refleja a la perfección el Madrid de la posguerra, el hambre, el
cansancio y la lucha por sobrevivir del pueblo español. "Además del
público habitual hay otro nuevo, de paso", escribe en el guión José Luis
Dibildos, también productor de la película; "señoritas con mantilla,
matrimonios y familias, que descansan un rato entre visita y visita a los
Monumentos".
Hay también en
el plató unos militares vestidos con uniforme de gala. Camilo José Cela se
sienta en una de las veintitantas mesas, la de los poetas, para dar vida al
personaje Matías Martí. Ricardo Sorbedo (interpretado por Francisco Rabal),
poeta bohemio -un extraño tipo, medio mendigo y medio artista, que malvive del
sable, del candor y de la caridad de los demás- le presenta a Don Ibrahim de
Ostolaza, (interpretado por Luis Escobar), un jurista que tiene ya preparado su
discurso de ingreso en la Academia de Jurisprudencia.
Luis Escobar
saluda a Cela: "Encantado de conocer a otro poeta". Y Cela responde,
firme, seguro, sin necesidad de recitar, aunque con cierta indignación, como
exige el guión: "¿Poeta yo ... ? ¡Por favor! Nunca he escrito tres
palabras juntas. Yo invento palabras, pero una a una. Y se las entrego a los
demás. Jamás las uso yo. Me limito a enriquecer el léxico patrio. ¡Es mi
misión!".
Don Ibrahim
está desconcertado e interviene, de nuevo, Don Ricardo: "Matías es un
suministrador de materia prima del lenguaje. Lo que hizo Isaac Peral con el
submarino, Matías Martí lo hace con las palabras". Entra en escena otro de
los poetas de la mesa, Maello, personaje que interpreta Francisco Algora, para
añadir: "Ya lleva inventadas más de mil". Y Rubio Antofagasta,
interpretado por Mario Pardo, el quinto de los contertulios, agrega: "Por
favor, Matías. Dále la última a Don Ibrahim".
Camilo José
Cela tiene su segunda intervención: "¡Bizcotur!". Luis Escobar,
asombrado, pregunta: "¿Cómo dice?". Y Cela explica: "Bizcotur.
Dícese de aquel que, amén de bizco, es atravesado, ruín y turbulento. Se la
regalo". Cela añade, en una de las tomas, una morcilla no prevista en el
guión: "Usase también como sustantivo".
Más tarde Agustín
González amenaza con denunciar a López Vázquez por haberle estafado con una
pluma que le costó doscientas pesetas y que "ni ha venido en el Clipper de
Nueva York, ni ha viajado en el Lusitania Express, ni es americana, ni es una parker, ni es una pluma
estilográfica". López Vázquez disuade a su cliente exhibiendo su insignia
de ex-cautivo, con el yugo, las flechas y las cadenas visibles. Senillosa,
diputado de Coalición Democrática y, el humorista Mingote intervendrán también
como actores. Senillosa acudió ayer a los estudios para probarse el vestuario.
Es la
segundavez que se adapta una novela de Cela para el cine; la primera fue La familia de Pascual Duarte, dirigida
por Ricardo Franco en 1975 e interpretada por José Luis Gómez. Cela ha
intervenido como actor, anteriormente, en otras tres, El sótano, Facultad de letras y Manicomio. "Me limité a poner la cara", comenta Cela después
del rodaje. "Intervine enManicomio porque el director rne dijo que necesitaba una persona que
comiese hierbas y tirase coces. Le dije que no tenía inconveniente. Recuerdo
que mientras interpretaba la escena mandé de una patada al Hospital Provincial
a una actriz secundaria, y septuagenaria, que estaba detrás de mí y a la que no
había visto".
"Es
perfecto. No lo han podido hacer mejor. Han respetadp muy bien el texto de la
novela. El decorado del café, el vestuario, son idóneos y reflejan muy bien el
ambiente de la novela", comenta Cela a propósito de la puesta en escena y
del trabajo del equipo que dirige Mario Camus.
Carlos Robles
Piquer acudió a los estudios acompañado de Manuel Calvo Hernando, director de
Televisión Española, y de Juan Manuel Martín de Blas, director de Programas y
Producciones Experimentales de TVE, de quien dependen las coproducciones con
cargo a los citados 1.300 millones de pesetas. Robles Piquer, a preguntas del
actor José Sacristán, dijo que estos acuerdos con la industria del cine
"son una gran experiencia y hay que repetirla". El director general
de RTVE informó que este mismo año se estudiará un plan para producir nuevas
obras con la industria del cine con presupuestos posiblemente superiores a los
1.300 millones de pesetas que salieron a concurso en 1979.
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