Conservar los mejores movimientos,
la grafía dibujada por el cuerpo.
Las palabras que hicieron temblar
a los propios labios.
Los deseos que sobrevuelan el arqueológico futuro.
Sé que es angustioso el despertar:
el óxido del agua,
el brillo hospitalario de la toalla,
el insulto ocre del amanecer.
Pero llevar sobre los hombros
la estela de la noche,
la frontera que cruzamos.
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