As I ate the
oysters with their strong taste of the sea and their faint metallic taste that
the cold white wine washed away, leaving only the sea taste and the succulent
texture, and as I drank their cold liquid from each shell and washed it down
with the crisp taste of the wine, I lost the empty feeling and began to be
happy and to make plans.
Comiendo las ostras con su fuerte sabor a mar y
su deje metálico que el vino blanco fresco limpiaba, dejando sólo el sabor a
mar y la pulpa sabrosa, y bebiendo el frío líquido de cada concha y perdiéndolo
en el neto sabor del vino, dejé atrás la sensación de vacío y empecé a ser
feliz y a hacer planes.
Ernest Hemingway. No sé de quién es la
traducción, lo lamento.
Entró anoche en mi correo, pero no la leí hasta
ahora con el café con leche, que hace las veces de ostras cada mañana. Gracias.
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