La de este domingo en El pajarito:
Si yo les dijera que en este nuestro país se acaba de celebrar la trigésimo segunda edición de EDITA, un festival internacional que reúne a poetas, editores y artistas, ¿ustedes que dirían? Que no es posible, es una posibilidad. Que es una reunión de barbudos marginales, chicas con faldas largas y pelos en las axilas y muchos aires grandilocuentes, otra. Que alguien, o mejor varios, llevan años cobrando comisiones bajo manga a costa de las subvenciones que recibe el evento, una más. Que debe de ser un desorden, un caos, un corro de fumetas, un canto a la gandulería bajo el paraguas de la desobediencia, un litroneo barato, un acostarse tarde para levantarse más tarde, un quince eme con algún libro editado a costa del erario público cantando la lírica del descontento y la épica del nihilismo.
Completa, aquí.
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