C. el caminante me levantó de buena mañana la tapa de los sesos de la memoria. Escasos veinte años, mañanas en la facultad en las que la primera asignatura era la fuga acompañada de vídeos de Les Luthiers, en una sala de la que misteriosamente conseguíamos las llaves y la potestad de uso. La sensación de estar descubriendo el mundo. Menuda cosa has hecho, caminante, antes de desayunarme...
Gracias por las risas que me has arrancado mientras tomo café en un polígono fantasma.
ResponderEliminarUn placer. Fantasma, eso sí.
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