Ella es Olivia, una actriz descomunal:
The 7.39, miniserie o película larga
partida en dos, a elegir. Lo que cuenta, nada nuevo bajo el sol. A David M. le
ocurre algo de difícil solución que ya percibí en The Driver: le sobra finura;
una hipertrofia que palía en la medida de lo posible pero que en determinados
personajes produce una anomalía, un decalaje entre fondo y forma. No cuela que
sus personajes sean monótonos, anclados en la rutina, la inercia y el estatismo
y sus movimientos corporales sean los que son; en la misma serie, a Ian Hart no
le ocurría, por poner un espejo. Por lo demás, maravilloso. Pero Olivia es más
aún; tengo la sensación de que adonde llega ella ya sólo la guía la intuición,
el intangible del animalismo, lo no adquirible si no se tiene de partida. Ya lo
pensé -y lo dejé por escrito- en The night manager, donde cada una de
sus apariciones era un regalo.
La serie tiene
algunos diálogos para marco. Dejo uno corto que se me quedó anclado en
algún lugar del dolor:
- We´ll go to London and we´ll be like
tourists or something.
- Ok, we´ll be tourists.
Llevo varios días hablando casualmente de cómo poder conseguir la
mirada ajena en la propia ciudad. Like
tourists in your own London, San Cristóbal, Alicante, Madrid, Santa Cruz,
Murcia, wherever.
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