disculpen

Caminaba por la ciudad con los carteles bajo el brazo, la mochila bien calzada a la espalda, los cascos blancos ceñidos a las orejas. Y como no puedo verte, te dibujo en mi mente. Llegué a flotar algún palmo sobre el suelo. Hubo quien se dio cuenta.
Luego llegué al templo y entré por la sacristía. El sacerdotiso había podado una palmera joven, que también la hay, del almacén y la calle Tarifa tenía su montón de hojas de palma verde frenesí apiladas en un lado. Compré un cuchillo de cocina en Casa Tomás antes de que cerrara. Después, quinto y a trabajar. Iban desfilando como en un plano secuencia de Berlanga los actores que entraban y salían; hablaban en una especie de coro colectivo indiscriminado. Seguí algún palmo sobre el suelo toda la noche.
Fx se dio cuenta a la primera.
JC.
V de vendetta.
Los mares del sur.







Como no puedo verte, te dibujo en mi mente
Ya pasan de repente las cinco, como siempre
Y cada vez más lejos tu mirada
Y solo una función, la de no servirte para nada
Ojalá no quieras verme, ojalá supieras
que esto es lo último que quiero para los dos
No me inventes de esta forma,
no quiero ser tu sombra, y además,
úsame si esto te importa

No puedo verte, dibujos en mi mente
Son de repente las cinco, como siempre

Si ya no necesitas de mi tiempo
y me dijeras algo que me aliviara este momento
Dime que te has equivocado al explicarlo
que yo no soy quien quisieras tú
Yo no quiero que tú me vuelvas a mirar
porque no ves lo que tienes delante.

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Un día después volví a entrar y en la primera conversación con N2 ambos coincidimos en que algo ocurrió ese jueves. Los intangibles.
m2l también colaboró en la maquetación del A2. Cuando los colectivos funcionan.

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