-()¿?-

De todas las artes (¿bellas artes?), quizás sea esta la que más envidio, la de imaginar una música -de este calado que sigue- mentalmente (¿mentalmente?)y, además, interpretarla. Parece ser que Sergei era un pianista excelso, quizás el mejor que se conoce en grabaciones. En su excelencia se cita la ausencia de adornos, trampas y florituras; no me extraña que así fuera -sinceramente, yo carezco de la capacidad apreciativa- leyendo su biografía, mirando sus fotografías. De él me encantan sus ojos y el matiz que va cogiendo su cara con el paso de los años. Konstantín capta esto a lo que aludo al milímetro, asunto bien difícil, que pintar es captar y reproducir. El retratado y el retratista murieron con la misma edad, por cierto (69). Tenían, me da, un aire en común; sin embargo, K. no soportaba Estados Unidos -país que declaró incompatible con su temperamento artístico, leo- mientras que S. vivió allí sus últimos años. Aquí hay varias obras del citado. Abajo dejo una que me fascina -la pintura retrata bidireccionalmente-.

La filogenética de K. es de homilía.
Lo de Rusia no tiene nombre.
Se ha volado una camisa -hace viento-.







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