Pues sí debía serlo, sí. Recordé
que tenía esta entrada esperando desde hacía mucho, y ya que me había lanzado
por la cuesta de Max, aprovecho y lo traigo a colación que tiene delito que no
estuviera aquí antes.
Lo que hace Max Aub en la Antología traducida es un
monumento a tantas cosas, que tendría que hacer una reseña larga y laboriosa
para dar cuenta de ellas. En un ejercicio poético sin par, la impostura le hace
cobrar vida en distintas épocas haciéndose pasar por poeta ubicuo y atemporal.
Al mismo tiempo, la añoranza de no haber sido otro. La alteridad no como
amenaza, sino como frustración de no ser. ¿Por qué no fui aquel? ¿Por qué no
nací allí, en aquellos años? ¿Por qué no escribí así? Es decir, ¿por qué no fui
otro para poder vivir lo del otro? Pero no solo eso. Son muchas más cosas,
decía, las que nos regala en ese libro. Por encima de todas sobrevuela su
ironía, su fino sentido del humor, ligeramente melancólico. La única defensa de
su vida y avatares, de su desubicación y exilio, de su ser de todos los lugares
y de ninguno.
La cita con la que abro esta entrada es de este extraordinario estudio acerca de la
mencionada Antología.
Por cierto:
superchería.
Por cierto:
superchería.
Del it. superchieria.
1. f. Engaño, dolo, fraude.
2. f. desus. Injuria o violencia hecha con abuso manifiesto o alevoso de fuerza.
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