la predicha muerte del jazz

También salió aquel día:

West 52nd Street

El jazz se está muriendo. Agonizante
aún da lecciones, mientras los siniestros
grupos de blancos buitres le rodean
y hunden su pico en la carne aún viva.

Los negros le abandonan. Tienen prisa
en llegar al despacho, profesiones,
cargos ejecutivos o al Senado.
Se sienten importantes en su empleo
pues pisan un terreno antes prohibido.

Y el jazz se está muriendo sin su ayuda.
Y los blancos aguardan el relevo.

Os quitarán el jazz. Y sin "swing", preso
en el papel pautado, asomará
su esquelético cuerpo entre las rejas.

Le integrarán, como a vosotros, negros,
en su sólida cárcel de sonidos.

Habrí­a que hacer algo. Deberí­a
alguien romper el vidrio de la alarma
y alertar a la gente. La elección
entre el dolor de un pueblo y la obra de arte
excepcional, no ofrece duda alguna.

Se nos está muriendo el jazz, la música
despreciada y amada. Humana. Mágica.
El oscuro milagro de este siglo.
La gran creación del negro de Norteamérica.

J. M. Fonollosa

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