En El origen de la danza, de Pascal Quignard, se lee:
EL CREPÚSCULO
1. In re crepera
El sol mismo es como un crepúsculo. La edad avanza, aun si pertenece al cielo, y se mezcla con el tiempo, aun si este último es el que los hombres comparten en la Historia. Ahora se trata de vivir en la cosa oscura. Vivir en la cosa oscura, vivere in re crepera, significaba, en latín, hallarse en una situación crítica. Una situación de vida o muerte. Encontrarse en el instante del último alerta, lo que se decía aún más sencillamente en latín arcaico: enfrentar el creper que hay en el crepúsculo.
Coexistir, a partir de la situación peligrosa, con el momento último, tal es el movimiento, en ciertos aspectos milagroso, que anima la vejez.
Yo estaba en la boca del lobo del origen. Vivía en el crepúsculo. La
vuelvo a ver, cuando era muy joven, cuando me dejaba, cuando ella debía volver a su casa, era al caer la noche. Era todas las tardes. Eran todas las tardes. Ella estaba siempre al borde de la ira. Temblaba de ira, el impermeable apretado contra sus senos.
Después desaparecía.
Perdida, una vez completamente perdida, entonces ella se volvía
soportable.
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La ménade le declara a su joven compañera: "Apóyate en el tirso de pino, enrolla la hiedra sobre tu cara, ponte en los hombros la piel desollada del animal más genital que se pueda encontrar, la piel del ciervo, la piel del toro, la piel del burro, vuélvete loca, entra en trance, entrégate al punto ciego de la humanidad que es una embriaguez indeciblemente cruel. Derrámate en la noche opaca que las lenguas proyectan en sus bases desde el instante en que pretenden iluminar el mundo. Alcanza la rapiña originaria. Ponte de rodillas, ponte boca abajo y lame directamente el ensangrentamiento que está en el corazón de cada sociedad y que tu cuerpo también reproduce con sangre".
Del lat. thyrsus, y este del gr. θύρσος thýrsos.
1. m. Vara adornada con hojas de hiedra y parra y rematada con una piña en la punta, que solía llevar como cetro la figura de Baco y se usaba en las fiestas dedicadas a este dios.
2. m. Bot. Panoja de forma aovada, como la de la vid y la lila.
3. m. desus. Tallo o cogollo.
panoja
Del lat. vulg. panucŭla 'mazorca', y este del lat. panicŭla, dim. de panus 'mazorca de hilo'.
1. f. Mazorca del maíz, del panizo o del mijo.
2. f. Racimo de uvas o de otra fruta.
3. f. Conjunto de tres o más boquerones u otros pescados pequeños, que se fríen pegados por lascolas.
4. f. Bot. Conjunto de espigas, simples o compuestas, que nacen de un
eje o pedúnculo común, como en la grama y en la avena.
eje o pedúnculo común, como en la grama y en la avena.
ménade
Del lat. maenas, -ădis, y este del gr. μαινάς, -άδος mainás, -ádos; propiamente 'enajenada, enloquecida'.
1. f. Cada una de las sacerdotisas de Baco que, en la celebración de
los misterios, daban muestras de frenesí.
los misterios, daban muestras de frenesí.
2. f. Mujer descompuesta y frenética.
Hay más sobre las ménades aquí, por ejemplo.
Que Pascal haya pasado por etapas de autismo no me extraña. Poco me parece leyendo sus textos, sus declaraciones, su biografía.
A todo esto, gracias, amor.
A todo esto, gracias, amor.
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