la almohada con la calle colabora

AMANECE, AMANEZCO


Es la luz, aquí está: me arrulla un ruido.

Y me figuro el todavía pardo

Florecer del blancor. Un fondo aguardo

Con tanta realidad como le pido.


Luz, luz. El resplandor es un latido.

Y se me desvanece con el tardo

Resto de oscuridad mi angustia: fardo

Nocturno entre sus sombras bien hundido.


Aun sin el sol que desde aquí presiento,

La almohada –tan tierna bajo el alba

No vista– con la calle colabora.


Heme ya libre de ensimismamiento.

Mundo en resurrección es quien me salva.

Todo lo inventa el rayo de la aurora.


Jorge Guillén

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