He estado leyendo esto hace unos días. Me lo trajeron del país donde fue escrito por un módico precio. Los tiempos que corren.
Me he sentido un poco abrumado pensando la poca antiguedad que tiene la novela gráfica -discusiones respecto a la nomenclatura hay para aburrir- y que yo tenía entre manos la que se considera a nivel general la primera -a nivel estrictamente cronológico, el asunto es más longevo-. Es todo una centella el siglo XX. Un siglo para la posteridad que no se entiende, claro, sin sus inmediatos predecesores. O me falta perspectiva -fácilmente presumible- o al actual le falta gracia. El caso es que Will, para variar, es judío afincado en los Estos Unidos. Aplicado, brillante y todas esas cosas. Tiraré del hilo hacia atrás, y no con Will. Siempre hay una cara B que suele ser más interesante. Ya la tengo encargada. Llegará.
El cómic, por cierto, me pareció bellísimo en fondo y forma.
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