la redención del teniente

La tenía pendiente hace más de tres décadas. Quién me iba a decir que caería en Soria.

Lo que imaginaba: difícilmente clasificable, dura, por momentos desagradable y cómica, Harvey inmenso, grano grueso, sexo, drogas, degradación moral y urbe. Se me había escapado en mi imaginería la religión; craso error el mío. Brutal todo. Zoë incluida.

Los últimos casi veinte minutos son para recordarle, a quien ruede y no sepa cómo acabar su obra, cómo hacerlo. De clase magistral.


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