Son los dos músicos. Uno me ha
regalado el poema; el otro la pieza musical.
Mientras preparo la entrada y leo
a Vasko, suena Arvo.
Hace algo de viento y no
hay ruidos.
Gracias, obviamente.
Gracias, obviamente.
LA PUERTA
¿Por qué abrir la puerta?
Hay que buscar tanto tiempo para encontrarla. A
veces está en
una pared, a veces en el techo, a veces debajo del mismo cabezal.
Y es tan difícil abrirla. Te rompes las uñas sólo
para entreabrirla
y no te puedes detener en el umbral más de un instante: se te
nubla la mirada, te precipitarías al abismo.
¿Por qué abrir esa puerta que no lleva a
ninguna parte? Abres
sus hojas y ante ti se descubre la oscuridad, la hueca oscuridad.
Si por lo menos condujera a otro cuarto, a un jardín o un balcón
con hermosa vista.
Sin embargo, hay que abrirla. A
cualquier precio hay que abrir esa puerta.
Para que haya aire.
Vasko Popa
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