A LA POESÍA
Ya se dijeron las cosas más oscuras.
También las más brillantes.
Ya se enlazaron las palabras como cabellos,
También las más brillantes.
Ya se enlazaron las palabras como cabellos,
seda y oro en una misma trenza
–adorno de tu espalda transparente–.
Ahora, tan bella como estás, recién peinada,
quiero tomarte –aunque soy viejo y pobre–
no el oro ni la seda: tan sólo el simple, el fresco, el puro(apasionadamente),
–adorno de tu espalda transparente–.
Ahora, tan bella como estás, recién peinada,
quiero tomarte –aunque soy viejo y pobre–
no el oro ni la seda: tan sólo el simple, el fresco, el puro(apasionadamente),
el perfumado, el leve (airadamente), el suave pelo.
Y sacarte a las calles, despeinada,
ondulando en el viento –libre, suelto, a su aire–
tu cabello sombrío
como una larga y negra carcajada.
Y sacarte a las calles, despeinada,
ondulando en el viento –libre, suelto, a su aire–
tu cabello sombrío
como una larga y negra carcajada.
Ángel González
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