el, según Jaime, experto en añagazas

La vida furtiva

Segurament serà com ara. Estaré despert,
aniré amunt i avall pel corredor. Com un minador
que surt d’un pou, em pujarà
des del silenci de tota la casa, brusc,
el ronc de l’ascensor. M’aturaré a escoltar
el bufeteig de portes de metall, i els passos
pel replà, i endevinaré l’instant
que arrencarà a tremolar l’angúnia del timbre.
Sabré qui són. Els obriré de seguida. Tot perdut,
que entrin aquests, a qui ho hauré de dir tot.

La vida furtiva

Seguramente será como ahora. Estaré despierto,
iré de acá para allá por el pasillo. Como un minero
que sale de un pozo, me subirá
desde el silencio de toda la casa, brusco,
el ronquido del ascensor. Me detendré a escuchar
el abofeteo de puertas de metal, y los pasos
por el rellano, y adivinaré el momento
en que arrancará a temblar la angustia del timbre.
Sabré quiénes son. Les abriré en seguida. Todo perdido,
que entren esos a quienes tendré que decirlo todo.

Traducido por Pere Gimferrer, J.A. Goytisolo y José M. Valverde

Acerca del significado del poema, aquí hay un buen lugar donde leer. Comparto, si no la visión metafórica, sí el desacuerdo con el significado policial y político.


el seguro azar

Javier, con su fino olfato, la descubrió en un disco -eran discos por aquel entonces- de Labordeta, un concierto en el que Sabina debía estar invitado y la cantaba. La publicó en El hombre del traje gris, aunque yo prefiero la primera, el directo del concierto. Hoy apareció como un trallazo en mi cabeza, más de veinte años después. Al azar, seguro.

 

Recordarás la primera vez que con tu trajín nos juntó la vida, llamaste al timbre para vender libros sobre razas desconocidas… ¿qué nos sucedio? Que acabamos desnudos jugando abrazados sobre el parquet al juego del amor. Luego te marchaste sin dejar ni un papel con tu nombre y tu dirección, alguien te esperaba donde siempre a las tres y eran ya más de las dos. Volví a encontrarte meses después, la casualidad me cruzó contigo en el vestíbulo de un hotel -”¿qué demonios andas haciendo en Vigo?”- cuando me desperté me besabas los párpados: -”¿cómo te llamas?”- te pregunté después amaneció. Y así fue como el tabique de aquel hotel que nos separaba cayó; tu tenías el cuarto cientocuarentaitres, yo el cientocuarentaidos. Siglos pasaron sin que el azar, duende juguetón, sus hilos moviera; casi me había olvidado ya de tus pies subiendo por mi escalera… pero antesdeayer en un cine de barrio una voz me llamó, desde el ambigú, y supe que eras tú. Y la rara historia otra vez se repitió unos cuantos años después, en taquilla te habían dado la fila dos y a mí me dieron la tres.

amén

La palabra panceta tiene prohibida la entrada en todos los poemas, igual que la palabra sebo o la expresión lentejas con chorizo. Hay a la entrada de la poesía, como a la entrada de las discotecas, gorilas tatuados que dicen tú sí, tú no, gorilas que no conocen el usted, que tampoco dejarían entrar a la palabra usted en un local de alterne al modo en que en muchos clubes no dejan entrar a los negros o a los asiáticos o a los de Cabezón de la Sal. Por qué yo no, pregunta la palabra rechazada. Es sábado noche y a las palabras les gusta abandonar la frase en la que viven o malviven y echar una canita al aire. Por qué yo no. Tú no por panceta y tú no por sebo y tú no por gilipollas, responde el gorila tatuado, como si la palabra gilipollas fuera boba, que viene a ser lo mismo que pensar que la palabra lista es lista y la palabra baja, baja, y que la expresión reforma laboral significa reforma laboral en lugar de despojo, robo, abuso, usurpación, saqueo, latrocinio, atraco, depredación, asalto, violencia. Violencia, se entiende, laboral y asalto laboral y depredación laboral y atraco laboral y latrocinio laboral y saqueo laboral y usurpación laboral y abuso laboral y robo laboral y despojo laboral. Urge introducir en un poema la expresión reforma laboral, no en un poema lírico, claro, donde para mi gusto encajarían mejor la panceta y el sebo, tampoco en uno de carácter místico, en el que no sobrarían sin embargo las lentejas con chorizo, pero sí en una poesía de denuncia, que es ahora mismo la poesía de las clases amenazadas por los gorilas gubernamentales que pretenden dictar el significado de las palabras. Un poema que quede en la memoria del movimiento obrero y de la insumisión ciudadana y de la lucha sindical, un poema, por Dios, que los retrate y nos retrate para siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Juan José Millás

corazón zíngaro

En el hueco que deja echo piedras para calcular a ojo la profundidad y nunca llega el sonido. Abisal.

La espantosa resaca de aquellos años en los que fuimos reyes y ni lo sabíamos quizás acabe aquí.

A veces, paradójicamente, los corazones más grandes son los más frágiles.

Hasta siempre, querida.
Hasta siempre querida.

Eurídice está viva


E tu sporco ancora di guerra, Orfeo,
come il tuo cavallo, senza la sferza,
alza il capo, non trema più la terra:
urla d'amore, vinci, se vuoi, il mondo.

Y tú, sucio aún de guerra, Orfeo,
como tu caballo, sin el látigo,
alza la cabeza, no tiembla ya la tierra:
aúlla de amor, vence, si quieres, al mundo.

Extracto de Dialogo.
Salvatore Quasimodo.
Traducción de Antonio Colinas.