La llovizna susurra con ritmo intermitente;
todo es brumoso, opaco, desvaído, irreal.
En los rincones húmedos de la calle silente
se posan los jirones de la niebla otoñal.
todo es brumoso, opaco, desvaído, irreal.
En los rincones húmedos de la calle silente
se posan los jirones de la niebla otoñal.
Yerguen su pesadumbre, ceremoniosamente,
el ancestral palacio y el convento ancestral.
La ciudad es serena y es altiva. Se siente
un profundo desprecio por todo lo banal.
el ancestral palacio y el convento ancestral.
La ciudad es serena y es altiva. Se siente
un profundo desprecio por todo lo banal.
Este otoño nostálgico destila su veneno
fugaz y melancólico en la entreabierta herida:
está de misticismo y de renuncia lleno.
fugaz y melancólico en la entreabierta herida:
está de misticismo y de renuncia lleno.
Y al compás de la lluvia por el viento esparcida
la madeja de un verso, que es plegaria y es treno,
se va hilando en la rueca de la tarde dormida.
la madeja de un verso, que es plegaria y es treno,
se va hilando en la rueca de la tarde dormida.
Luis Álvarez Cruz.
treno1
Del lat. tardío threnus, y este del gr. θρῆνος thrênos.
1. m. Canto fúnebre o lamentación por alguna calamidad o desgracia.
2. m. por antonom. Cada una de las lamentaciones del profeta Jeremías.