Los amigos antiguos se han quedado miopes
o no te conocen
o te ven de lejos y huyen.
Emma Martínez Bay.
La perla de esta cita se puede encontrar aquí.
A Emma, maestra, como a tantas otras, le fusilaron al marido, Eliseo, nada más acabar la guerra civil. La química corría por las venas docentes de ella. A Teruel la enviaron y de ahí a Castellón, explicando Metodología de la física y química.
No entraré en detalles. Tan escabrosos, tan ruines, tan mezquinos que a estas alturas de la película quien no los tenga claro tiene un problema.
Emma tuvo tres descendientes que sacó adelante con un valor y un coraje nada normal, estudios superiores incluidos. Y la estirpe siguió y siguió. Quiero pensar que algo de aquella gente circula por mis venas, pese a las miopías.