maroon(-ed)

De aquellos lodos vienen estos polvos, diríamos, pero en positivo. Volví a caer en ellos, esta vez enteramente, que nunca antes había sido así. Su Blue sky me acompaña todos los días. A Jeff los desórdenes de su cabeza se le marcan en la cara, como a todos. En este vídeo en el  que tocan en un lugar maravilloso queda bien a las claras. La letra me sigue pareciendo un enorme poema. Cuando él alude a sus letras también lo hace llamándolas poemas. No es casualidad.
El maroon me llevó al Marooned de Luis Alberto, poema del que supe por primera vez directamente de sus labios -sic-. Luis Alberto se deleitaba con esa palabra: marooned. L.A., ya lo sabemos, es un perverso parafílico. El poema, como tantos suyos, me parece maravilloso; maneja un escapismo de tomo y lomo con sus referentes mitológicos usuales: su lugar y tiempo lejanos, su mujer rebelde, diosa y fatal, su alcohol, sus piratas, sus batallas, su honor, su abandono, su naufragio, su color, maroon, yellow, blue, gold and gray, y ya estamos con Jeff de nuevo.

 

Marooned

Silencio de barreras coralinas en el Fort du Rocher
Escasea el bucán en los depósitos de la Cofradía.


Venías de los Mabinogion.
You lov'd me like a mist junto a los pumas de la noche.


Entre el estruendo de las baterías españolas.
El látigo del ron en la garganta.


La vergonzosa fuga del enemigo.
El fin de un gobernador cobarde.


Feliz balance en Portobello.
Consumar con el sol una jornada victoriosa.


Enarbolaste la bandera negra de Némesis.
Me sentía orgulloso de tu valor.


Y en la choza besar tus labios
y sentirme otra vez marooned.


Luis Alberto de Cuenca.

Si alguien quiere algo de aclaración filológica respecto al poema, aquí tiene.