el precio de la videncia

Pues que llevo varios días dándole vueltas a esto de abajo, fíjate tú.
Se fue la lluvia y hace muy buen tiempo. De día incluso se puede ir en manga corta. Por la noche refresca.
Soñé con ella.

Esto que sigue se lo escribe Brahms a Clara Schumann, que esa es otra que dejaremos para un día con menos sol, digamos:

La chacona BWV 1004 es, en mi opinión, una de las más maravillosas y misteriosas obras de la historia de la música. Adaptando la técnica a un pequeño instrumento, un hombre describe un completo mundo con los pensamientos más profundos y los sentimientos más poderosos. Si yo pudiese imaginarme a mí mismo escribiendo, o incluso concibiendo tal obra, estoy seguro de que la excitación extrema y la tensión emocional me volverían loco.

Por otra parte, en 1871, con 16 tiernos años, Arturito le escribe a su profesor, ya su amigo, George Izambard, una carta en la que aparece algo que traducido sería más o menos esto:

Por el momento, lo que hago es encanallarme todo lo posible. ¿Por qué? Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos.

En su lengua original:

Maintenant, je m’encrapule le plus possible. Pourquoi ? je veux être poète, et je travaille à me rendre voyant : vous ne comprendrez pas du tout, et je ne saurais presque vous expliquer. Il s’agit d’arriver à l’inconnu par le dérèglement de tous les sens

En mayo de 1871, Arturo se había encrapulado en busca de la deconstrucción de la tortilla de patatas. Escribió dos cartas en apenas 48 horas que han pasado a la posteridad como las Cartas del vidente (Lettres du voyant), donde lo de la tortilla de patatas, valga la metáfora juguetona, queda expresado.

Dejo mi violinista preferido empleándose en el asunto y a la inglesa y alemana Rachel, cuya interpretación también me ha gustado mucho. Respecto a ambos violinistas, me encanta la luz que desprenden, el tipo de. Y respecto al instrumento de ella:

Rachel plays on a 1739 violin made by Pesarinius, a student of Stradivari. The violin had been modernized when she found it at a London violin shop about 17 years ago, so she had to have it "Baroqued" -- the neck was replaced, the bass bar shortened, the fingerboard shortened, a new bridge made, etc. She uses a Baroque-style bow by the late modern French maker, René-William Groppe, who made a number of different styles of period bows for her.