Al hilo de Al borde, de Gloria Fuertes, que me llegó como regalo.
En el borde, en la frontera, en el lugar donde impera el límite y reina la miscelánea histórica, donde la barrera fue mordida una y otra vez. Esta piedra fue del otro lado en algún tiempo pasado y alberga una memoria de territorio fronterizo, cambiante, de multipropiedad. En el borde del sueño o la vigilia, como escribía el otro día; en el borde del desamor y sus ruinas para luego volver a brotar; en el borde del abismo al que se llega tras flirtear con el borde de la vida y sus derelictos; en el borde de la ceguera, de tanta noche de luz tenue leyendo hasta el dolor, de tantas cosas que vemos que preferiríamos no ver.
El resto, donde Jon.