a propósito de su torre abolida

En el reino de la Poesía cada poema es una torre que se yergue a instancias secretas para ser habitada por un príncipe (¿el poeta, nosotros, alguien que vendrá?) Ese príncipe sabe que sobre el discurrir profuso de lo cotidiano, de lo abismante de las cosas, la máxima certeza es el desconsuelo felizmente asumido, sabe que los poemas al ser torres próximas a derrumbarse, son en sí la interrogación permanente que no necesita o busca respuestas fidedignas, sino el goce de formular esas mismas preguntas con el mayor sentimiento y perfección posibles.


Ismael Gavilán

las horas

Sucede a veces que de A se puede pasar a B no porque uno crea que hay una conexión, sino porque la conexión no depende de la creencia subjetiva del espectador, sino de la deliberada intención del creador. Esto Jaime lo hacía mucho; de hecho, diría que construía A con una suma de B, C, D y lo que se le ocurriese. Siempre B, C, D, etc eran de alto calado y, también siempre, A quedaba limpia como si la suma que albergaba en su interior no atendiese a reglas matemáticas elementales, como si de resultas de sumar dos más dos diese cinco. Cuando los demás copiaban, él intertextualizaba lo más fino que había dado la poesía inglesa, la francesa, la clásica, hasta abrumar en cada frase, en cada posible evocación, si uno pretendía seguir el hilo hacia atrás; y hasta deleitar, claro, con su simple lectura.

Tratar en un cuaderno como este de tirar del hilo es un asunto de una laboriosidad mayor, pero con paciencia y osadía lo haré de cuando en cuando, como lo he hecho con las traducciones de algunos poemas escritos en inglés. Voy a empezar por uno que me ronda desde hace tiempo, bello hasta el dolor, y que me llevará varias entradas:

PRÍNCIPE DE AQUITANIA, EN SU TORRE ABOLIDA 

Una clara conciencia de lo que ha perdido,
es lo que le consuela. Se levanta
cada mañana a fallecer, discurre por estancias
en donde sórdamente duele el tiempo
que se detuvo, la herida mal cerrada.
Dura en ningún lugar este otro mundo,
y vuelve por la noche en las paradas
del sueño fatigoso... Reino suyo
dorado, cuántas veces
por él pregunta en la mitad del día,
con el temor de olvidar algo!
Las horas, largo viaje desabrido.
La historia es un instante preferido,
un tesoro en imágenes, que él guarda
para su necesaria consulta con la muerte.
Y el final de la historia es esta pausa.

Jaime Gil de Biedma

charming Sebastian

Vi por fin la serie Brideshead revisited, aquí traducida como Retorno a Brideshead. Después compré el libro y en él ando. Me ha impactado tanto que voy a abrir una etiqueta para albergar entradas que de alguna u otra forma entroncan con el universo creado por Evelyn Waugh, su autor. La anterior entrada sería la primera, aludiendo a buena parte del nudo existencial de los personajes que por la obra desfilan, y esta, también. En el proceso de degradación del absolutamente encantador -charming- Sebastian hay varias alusiones a los términos que aquí siguen, haciendo hincapié en su diferencia. Según la RAE, son sinónimos; por lo que he podido indagar, no lo son. Apuntes y notas hay en la red para quien quiera diferenciar de forma precisa.

alcoholizado, da.
(Del part. de alcoholizar).
1. adj. Dicho de una persona: Que por el abuso de las bebidas alcohólicas, padece los efectos de la saturación del organismo por alcohol. U. t. c. s.
alcohólico, ca.
1. adj. Que contiene alcohol.
2. adj. Perteneciente o relativo al alcohol.
3. adj. Producido por él.
4. adj. alcoholizado. U. t. c. s.
dipsomanía.
(Del gr. δψα, sed, y manía).
1. f. alcoholismo ( abuso del alcohol).
dipsomaníaco, ca o dipsomaniaco, ca.
1. adj. Que padece dipsomanía. U. t. c. s.
dipsómano, na.
1. adj. dipsomaníaco.

¿de verdad podemos, Luis?

Adjudiquemos a los dioses
un estatuto de sombra.

Podemos desenvolvernos
entre fantasmas
con la misma facilidad
con que nos asombran los prodigios.

Luis Sanz en Sangre estancada

(Dejo esta entrada clasificada también dentro del apartado Brideshead revisited porque ese libro, esa serie, no habla, entre otras cosas, sino de eso)