escucha, he estado bebiendo



Soon.
Soon.

Listen, I've been drinking
As our house lies in ruin.
I don't know what I'm doing
Alone in the dark
At the park or at the pier,
Watching ships disappear in the rain.

The world's just bones.
The world is black stones dressed up in the rain
With no place to go but home-
Just like Nance.
On a night like this, why, she's pro-stars, pro-sky.

All lit up and sick of fighting
Beneath the diseased lighting of the discotheque at night.
It don't mean a thing. It never means a thing.
It don't mean a thing. It never means a thing.
It's got that swing.

I've seen it all. I've seen it all.
Magnolia's a girl. Her heart's made of wood.
As apocalypses go, that's pretty good.
Sha-la-la, wouldn't you say?

Please remove your spurs.
Come to think of it, remove your antlers.
Haven't seen you for ages.
I still fly into rages at the mention of your name,
Christine White.

I think about you often, off in the desert,
Laughing your head off in the Forest of the Night.
Say a prayer for the light.

So now I live well. I live in the mine.
I'm still slinging mud at the towers all the time.
I took a walk
And threw up in an English Garden.

I was born in the North, but my father's from the South.
Love is a political beast with jaws for a mouth. I don't care!
You're upset- and have every right to be.
Regretfully, you decline.
Every night was a waste of time.
Every night. Every night. Every night.

You were on the side of good.
I was inside of the sea's guts,
A crumbling beauty trapped in a river of ice.
A crumbling beauty trapped in Paradise,
Oh yes, it was Paradise!

The tide comes in and the tide goes out again.
I suppose this is the kind of thing we see every day.
The tide comes in. The tide goes away.
Oh, the tide comes in. Yeah, the tide. Yes, the tide.

A ransom note written on the night sky above
Reminds me what-in-particular about this wine I love.
Like a punctured beast, better-off dead,
Compliments going to my head:
La-da-da, la-da-da!

And speaking of my mind (the Sunflower),
And speaking of a world turning sour on you,
I was twenty years old in 1992.
I was bathed in golden sunlight, alright?

I was ripped on dope. You were a ray of sunshine.
I was a hopeless romantic. You were swine.
You've got to spend money to make money.
You've got to stop calling me "honey".

Oh world! You fucking explosion that turns us around!
The searchlight slumps over, so sick of the night,
And the kids on the boats, busted in the shipyard
Going down, down, down, down, down, down, down.

You traveled light (all night, every night),
To arrive at the conclusion
Of the world's inutterable secret,
And you shut your mouth.

I've seen it all. I've seen it all. I've seen it all.
Free and easy. Gentle. Gentle.
The wind through the trees makes you mental for me.
Nancy, in a state of crisis, on a cloud.
Soon.
Soon.

Eric el bueno

Y en las antípodas de las anteriores entradas, esta en la que aparece el bueno de Eric. Se puso malo de solemnidad por su diabetes no diagnosticada, lo ingresaron y como era músico de jazz lo trataron por abuso de drogas: con dos pelotas; total, que se murió y punto. Pá no echar gota. Al parecer Eric no tomaba estupefacientes ni nada de lo de la época. Resultado: se murió de los primeros -36 años-. Cada uno se muere de lo que puede.
Lo del bass clarinet es de una marcianez propia de quien lo toca; lo de Mingus es de león sabedor de que tiene en su grupo a la perla rara y delicada; y lo del grupo entero es de patio de cole, como dios manda. El público asistente es de ciencia ficción visto ahora: Noruega, 1964. Si en la anterior entrada tenemos a los dos imberbes que ya han deconstruido el funk, la disco y hasta el pop, me pregunto quién cogerá este jazz y lo pondrá patas arriba, con casco retrofuturista, claro.

fantasmas en el paraíso

Me despierto con dos cosas resonando en mi cabeza aún no ubicada ni en tiempo ni en forma. Una es la voz de Germán en uno de sus temas más lúgubres de aquellos dos discos iniciales; lúgubre, decía, no tanto por la música, que también, sino por la letra. El verso inicial abre la puerta directamente a la catástrofe cuando entra la música: caballero, hay que cerrar... Está casi al final de un disco que se edita en el ´84, así que calculo que cuando yo la escuché debería tener 16 o 17 años. Edades raras para fijarse en semejantes asuntos. O no.
Ayer me enseñaron el documental cuyo tráiler está abajo. Acabé viéndolo maravillado. Los buenos documentales me fascinan. Este habla de dos chavales muy precoces, muy talentosos y muy innovadores; pero también habla, y ahí te quiero ver, del proceso creativo, de la coherencia, de cómo las industrias se lo llevan todo por delante y de cómo poder hacerle frente a ello: con dos cascos retrofuturistas, homenaje a un cine, a una música y a un todo que ellos llevan en vena y ya no existe: la de los setenta y aledaños traseros. Quien me lo enseñó tiene 17 y ayer lo vio dos veces. Edades raras para fijarse en semejantes asuntos. O no.



Y si así fuera daría la vida
por un solo abrazo, una caricia perdida.
Nos fundiremos los dos en un cuerpo
sellando ante todos nuestro amor eterno.

-Caballero, hay que cerrar.
-Pórtese conmigo, fíeme otra mas.
-Ya esta bien por esta noche,
 váyase ahora a descansar.
 Tiene una mujer en casa esperando verle llegar.
-Mala esposa es la que ni a su marido deja acercar.

Y así todas las noches,
desafiando al Santísimo
entre arcadas de lo bebido
y convulsiones nerviosas.
La misma jodida esquina
donde almacenan las bolsas
que recogen hombres de otro mundo
siendo el solo el único testigo.

Meto los faldones en el pantalón.
Me aliso el cabello, tarareo una canción.
El colegio de la cría, el alquiler, el televisor...
Hace tanto tiempo que no hacemos el amor!
No será que se lo hace con otro?
Ese mismo a quien el otro día
puso la mejor de sus sonrisas
mientras de rabia yo me contenía.
Que ha quedado de ese amor jurado
"te querré siempre mientras viva"
antes de escupirme, tirado
y recluirme por siempre en olvido.

A oscuras tanteo por la habitación
llegando hasta el lecho guiado por su respiración.
Un cuerpo desnudo alimenta una pasión,
un rostro marchito falto de expresión.
Clava cruelmente sus uñas en mi mejilla
y cacarea como una poseída.
La abofeteo hasta dejarla rendida.
Deshecha en lagrimas no aplaca mi ira.
Qué ha quedado de ese amor jurado
"te querré siempre mientras viva"
antes de escupirme, tirado
y recluirme por siempre en olvido.





El ensayo preentrega de premios es ya un espectáculo. Ya he comentado muchas veces que tienen el sentido del show business desarrollado como ningunos, ese que a su vez el dúo premiado trata de que no se les lleve por delante. El respeto y veneración con el que todos tratan a Stevie me resulta conmovedor, aunque mi sempiterno rey está para una más que decorosa retirada, tonelajes no incluidos. Lo del otro rey, Paul, pues lo suyo, fantoche ubicuo. Y el enlace con el As de Wonder, pues también lo suyo, wondeful.