una añoranza de frío y dos caras

No había vencido la luz a la noche y ya estaba en mí. Habían bajado las temperaturas y me despertó el frío. Añoré el frío de otros lugares, más seco, más despoblados o multitudinarios, más agujas en la tez. 



Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol
Hoy quisiera estrechar mi ciudad sumergida
Boca de los corales, alma de las esponjas
Dureza de las piedras que se encuentran a veces
Ojos de las estrellas de mar y los peces
Hoy te quiero cantar más allá
Más allá de donde ha de llegar la canción
¿Cómo voy a cambiarle el color a una ola?
¿Qué se puede querer, si todo es horizonte?
¿Qué le voy a enseñar a la suma del viento?
¿Qué le puedo objetar a una noche estrellada
Con mi vela amarilla y mi proa emparchada?
Hoy te quiero cantar más allá
Más allá de donde ha de llegar la canción
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol
Cada rizo del suelo es un sueño contado
Algo como un recuerdo, una imagen, un beso
Y en la espalda del día se queda ese algo
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol
Hoy te quiero cantar más allá
Más allá de donde ha de llegar la canción.



Añadí una manta y repasé la facciones que me había llevado a la cama antes del sueño. Uno de mis personajes favoritos en mucho tiempo:



Y la belleza rara, la sensualidad porosa  y elegante, el barniz melancólico:




A quien uno admira, los errores, las faltas que no llegan a delitos es fácil considerárselos como agravios. La admiración es lo que tiene, que es hiperbólica. A mí me sucede en esta película con él, director y guionista. La música que acompaña, como siempre, licuefactora: