amor


A propósito del amor, ese tema tan socorrido en la poesía y que de forma tan cáustica trata Miriam en los poemas de la anterior entrada, transcribo lo que Ambrose Bierce escribe en su Diccionario del diablo. Este diccionario me lo regaló hace ya unos años el Chico del punto azul pálido. Él publica con cierta periodicidad algunas de sus definiciones. No digo yo que no acabe imitándolo. Ahora he retomado una costumbre iniciada en mi antigua casa del 7º J, y es dejar algún libro sobre la mesa de la cocina. Ambrose reposa en una esquina y de cuando en cuando es visitado. Para esta palabra, hay recogidas dos definiciones.

amor, s. Locura temporal que se cura con el matrimonio o alejando al paciente de las influencias que le hicieron sufrir el trastorno. Esta enfermedad, como la caries y muchos otros achaques, sólo se da entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras que respiran aire puro y se alimentan de comida sencilla disfrutan de inmunidad frente a sus asaltos. A veces resulta fatal, pero sobre todo para el médico, más que para el paciente.

amor, s. Locura que se comete al tener demasiada buena opinión de otro antes de saber nada de uno mismo.


yerro

Me dijo que pensaba que sus preferencias literarias no me interesarían. Me envió esto que sigue y otra más. Erró.

Si me lo pide me pongo en cuatro patas
en dos, en una
meneo la cola
doy vueltas
me hago la muerta
salto por una galleta
le lamo los pies.
Y es que me muero de gusto cuando me rasca panza arriba.
Soy la perra más perra
que jamás nadie haya abandonado.

Amo a este hombre misógino.
Deseo su sexo descarado que pasea de aquí para allá
que entra donde como y cuando él lo desea
vomita su odio en mí y se va.
Yo, maravillosa artesana,
hago de su asco mi mejor creación:
una réplica suya mejorada.
Del vómito incubado en el más repugnante de los seres
nacerá la criatura que lo iguale en fuerza
y sea capaz de destruirlo por envidia
como yo no pude hacerlo por amor.

Miriam Reyes