gritando


Edvard pintó El grito cuatro veces. También hizo varias litografías con el mismo asunto; una de ellas es la que hoy aporto. Eduardito tenía el sistema nervioso más pallá que pacá y una sensibilidad y una capacidad de lectura de los subtextos existenciales fuera de lo común. Total, que se bebía el agua de los floreros. Lo de siempre, vamos.
Hoy me he ido a él de la mano del tema de Santi Balmes, uno de los temas que en los últimos tiempos más me ha llegado. Tristeza y nostalgia, belleza y complicidad son algunas de las cosas que me produce. No sólo a mí, me da. Escuchen a la gente cantar.

¿A que no sabes donde he vuelto hoy? 
Donde solíamos gritar 
diez años antes de este ahora sin edad, 
aún vive el monstruo y aún no hay paz. 

Y en los bancos que escribimos 
medio a oscuras, sin pensar, 
todos los versos de "Heroes" 
con las faltas de un chaval, aún están. 

Y aún hoy, 
se escapa a mi control, 
problema y solución, 
y es que el grito siempre acecha, 
es la respuesta. 

Y aún hoy, 
sólo el grito y la ficción 
consiguen apagar 
las luces de mi negra alerta. 

Tengo un cuchillo y es de plástico 
donde solía haber metal, 
y el libro extraño que te echó de párvulos, 
sus hojas tuve que incendiar. 

Y en los hierros que separan 
la caída más brutal 
siguen las dos iniciales 
que escribimos con compás, 
ahí están. 

Vertical y transversal, 
soy grito y soy cristal, 
justo el punto medio, 
el que tanto odiabas 
cuando tú me repetías que 
té hundirá y me hundirá, 
y solamente el grito nos servirá, 
decías "es fácil" y solías empezar. 

Y es que el grito siempre vuelve 
y con nosotros morirá, 
frío y breve como un verso, 
escrito en lengua animal. 
¡Y siempre está! 

Te hundirá y me hundirá 
y solamente el grito nos servirá 
y ahora no es fácil, 
tú solías empezar. 

Vertical y transversal, 
soy grito y soy cristal, 
justo el punto medio, 
el que tanto odiabas 
cuando tú me provocabas aullar. 

Y ya está, ya hay paz, 
oh, ya hay paz. 
Y ya está, ya hay paz, 
oh, ya hay paz. 

¿Por qué gritaba? 
Lo sé y tú no, 
no preguntabas, 
tú nunca, no.