fría pero amable

LA SUERTE

Él venía de una semana de trabajo en el campo
en casa de un hijo de puta y era diciembre o enero,
no lo recuerdo, pero hacía frío y al llegar a Barcelona la nieve
comenzó a caer y él tomó el metro y llegó hasta la esquina
de la casa de su amiga y la llamó por teléfono para que
bajara y viera la nieve. Una noche hermosa, sin duda,
y su amiga lo invitó a tomar café y luego hicieron el amor
y conversaron y mucho después él se quedó dormido y soñó
que llegaba a una casa en el campo y caía la nieve
detrás de la casa, detrás de las montañas, caía la nieve
y él se encontraba atrapado en el valle y llamaba por teléfono
a su amiga y la voz fría (¡fría pero amable!) le decía
que de ese hoyo inmaculado no salía ni el mas valiente
a menos que tuviera mucha suerte.

Roberto Bolaño

de qué hablan los diarios

Creo que se vino conmigo ya anoche a casa. Y al despertar ahí seguía. El porqué lo desconozco. De esos misterios, uno más.
Sigue sin hablar de nosotros el diario. Y el colchón se cansó de gritar.

Hoy dice el periódico que ha muerto una mujer que conocí
que ha perdido en su campo el Atleti
y que ha amanecido nevando en París.
Que han pillado un alijo de coca,
que a Piscis y Acuarios les toca el vinagre y la hiel.
Que aprobó el Parlamento Europeo
una ley a favor de abolir el deseo
que falló la vacuna anti SIDA,
que un golpe de ha triunfado en la luna y movidas así.
Pero nada decía la prensa de hoy de esta sucia pasión,
de este lunes marrón
del obsceno sabor a cubata de ron de tu piel,
del olor a colonia barata del amanecer.

Hoy amor, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.
Hoy amor, igual que ayer, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.

Hoy dijo la radio que han hallado muerto
al niño que yo fui
que han pagado un pasote de pela
por una acuarela falsa de Dalí.
Que ha caído la bolsa en el cielo,
que siguen las putas en huelga de celo en Moscú.
Que subió la marea,
que fusilan mañana a Jesús de Judea,
que creció el agujero de ozono,
que el hombre de hoy
es el padre del mono del año 2000.
Pero nada decía el programa de hoy
de este eclipse de mar,
de este salto mortal,
de tu voz tiritando en la cinta del contestador,
de la manchas que deja el olvido a través del colchón.