He empezado a colaborar con Jon y su Alicante live music. Cada martes alterno. Aquí va la primera:
Quizás no ingerirlos sería mejor. Al fin y al cabo no están forjados para ser ingeridos. Sólo deglutir aquello que no sea potencialmente lesivo; nada de asuntos puntiagudos, cortantes, abrasivos. Casi ceñirse a una dieta blanda y frugal, a una ingesta suave, a digestiones placenteras. Dejar pasar los alimentos hirientes como el agua que cae por la rambla, de manera natural, cuando llueve, abriéndose paso. No tener que hacer consideraciones de primer y segundo orden, no verte obligado a la inseguridad de la reflexión, al inquietante proceso de maduración.
El resto está aquí.