eso era el recuerdo

Lotófagos

Estábamos en un desierto confrontados con nuestra propia imagen que no reconociéramos. Perdimos la memoria. En la noche se tiende un ala sin pasado. Desconocemos la melancolía y la fidelidad y la muerte. Nada parece llegar hasta nosotros, máscaras necias con las cuencas vacías. Nada seríamos capaces de engendrar. Un leve viento cálido viene todavía desde el lejano sur. ¿Era eso el recuerdo?


La soledad se puebla de fantasmas de papel y de paja, de retratos de nadie, de láminas metálicas, de páginas desnudas donde nada está escrito. El frío arrasa la memoria y ya empezamos a no ser, el frío que desciende del lado más aciago de la noche donde se inicia la consumación. Y no podemos recordar a quién habíamos amado. Pregunto ¿dónde estás? Pero ni siquiera yo mismo sabría quién puede responder. Llamo a todas las puertas. La única que se abre es la sola que no conoce el perdón.


José Ángel Valente