El Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Estrasburgo estaba centrado en la investigación de las lombrices intestinales y en posibles remedios. El Profesor Adolf Kussmaul pidió a sus dos asistentes (Arnold Cahn y Paul Hepp) que trataran a los pacientes con naftaleno. Los resultados no son satisfactorios, pero Paul Hepp prosigue con los estudios al observar en un paciente una bajada importante de la fiebre que padecía. Pero esto no tenía mucho sentido, ¿por qué a otros pacientes que, en el pasado, fueron tratados con naftaleno no les sucedió lo mismo?, ¿por qué a este paciente le baja la fiebre? ¿por qué estos pacientes presentan paracetamol en orina?
Tras una serie de pesquisas, Paul Hepp descubre que, en realidad, la farmacia que les había provisto de los compuestos había cometido un error y, en lugar de entregarles naftaleno, les había servido acetanilida. Gracias a este fallo, se descubrió el efecto antipirético de la acetanilida.
O bien:
Cuando la quina empezó a escasear en los años 1880, la gente empezó a buscar alternativas. Dos agentes antipiréticos alternativos fueron desarrollados en los años 1880: la acetanilida en 1886 y la fenacetina en 1887. En ese momento, el paracetamol ya había sido sintetizado por Harmon Morse de Northrop mediante la reducción del p-nitrofenol en ácido acético glacial. Este hecho se produjo en 1873, y el paracetamol no se usó con fines médicos durante dos décadas. En 1893, el paracetamol fue encontrado en la orina de personas que habían ingerido fenacetina y fue aislado como un compuesto blanco y cristalino de sabor amargo. En 1899, el paracetamol fue identificado como un metabolito de la acetanilida. Dicho descubrimiento fue ampliamente ignorado en aquel momento.