Browne se transfigura
pese a sí mismo. Nico asume una identidad esquiva, ambigua, entre el asesinato
y el suicidio, entre la decadencia y la melancolía pasando por la indiferencia.
No sé si Nico sabía. Ocurre a veces: uno no sabe lo propio. Andy sí lo sabía
pese, esta vez, a Lou. Andy participaba de los mismos ambages en materia
identitaria y en ellos encontraba su creación, sus variaciones con repetición
hasta alcanzar una decantación forzadamente espontánea. En ocasiones, hasta en
la ficción se halla el camino más certero, el más verdadero para llegar al
Monte del Destino. La repetición, la variación y la ficción.
Estudió lo mismo que yo
y, como yo, llegó al mismo punto de fuga. Pero, esa es la diferencia, él se
fugó. No huyó; fugarse es otra cosa. Tenía un plan y no era cuestión de huir;
como buen cinéfilo, sabía que en toda gran evasión cuenta tanto el plan de fuga
como el desarrollo posterior, cuando ya se palpa la libertad y esta no es sino
una interfaz tan frágil como una vena, un capilar. Ideó la fuga, la ejecutó y,
una vez fuera, siguió con el mismo ahínco con el que cavaba el túnel
previamente. También sabía que el túnel seguía, que el túnel no dejaría de
acechar; sabía que le iba la vida en ello. No contaba, quizás, con el
intangible, el guiño certero de la muerte, los imponderables que apagan el
reloj una mañana de domingo y nos dejan a los que seguimos con reloj con una
cara sin ojos, una mueca de incredulidad, esa con la que escribo estas líneas
delebles.
Estos días de lluvia pertinaz limpian. También impregnan de
humedad, de llovizna adherida y luz nubla. De rosas rojas y blancas en las
persianas metálicas. De páginas de periódicos locales incrédulas. Incrédulos
nosotros, lunes por la mañana, el correo avisador y la constatación a lo largo
del día. Dulce porvenir el que nos espera, sweet hereafter cantando canciones
tras la debacle, cabaret berlinés en estos días, de nuevo, en los que uno
desearía no apostar, ni hablar, ni mirar a los ojos de la gente, ni Major Tom,
ni ficción, ni Ficciones.
Adiós, muchacho.