el tiro de tres

Quizás no haya voz con más autoridad, moral al menos, hoy en día que la de Gregg Popovich. Da gusto escucharle decir bien claro lo que los aficionados pensamos desde hace tiempo:

Y llega la andanada de Pops: "Yo lo odio, siempre lo he hecho", dice con desdén el entrenador de los Spurs. "He odiado el triple desde hace 20 años. Por eso bromeo muchas veces diciendo, 'si queremos cambiar de verdad el juego, inventémonos una jugada de cuatro puntos'. Porque si a todos les gusta el triple, más les gustará la jugada de cuatro. La gente saltará de sus sillas si consigues una jugada de cinco puntos. Será algo grande... No hay más baloncesto, no hay más belleza en el baloncesto. Es muy aburrido. Pero es lo que es, y tienes que trabajar con ello".

El resto está aquí.
Me queda la reflexión de cómo consigue luchar contra ese aburrimiento.

in the middle, in the end or just a little





Mala cosa esa de ir mendigando amor, pero qué bellas letras genera:
Well I tried to make it Sunday
But I got so damned depressed
That I set my sights on Monday
And I got myself undressed
I ain't ready for the altar
But I do agree there's times
When a woman sure can be a friend of mine

Well, I keep on thinkin' 'bout you
Sister Golden Hair surprise
And I just can't live without you
Can't you see it in my eyes
I've been one poor correspondent
And I've been too, too hard to find
But it doesn't mean you ain't been on my mind

Will you meet me in the middle
Will you meet me in the end
Will you love me just a little
Just enough to show you care
Well I tried to fake it
I don't mind sayin'
I just can't make it

Well, I keep on thinkin' 'bout you
Sister Golden Hair surprise
And I just can't live without you
Can't you see it in my eyes
Now, I've been one poor correspondent
And I've been too, too hard to find
But it doesn't mean you ain't been on my mind

Me muero del gusto con las dos versiones que siguen, antagónicas en sus planteamientos:



borbotones

Instrucción 12

Durante las conversaciones, observe sus palabras como si fueran insectos cargados de enfermedades ocultas, insidiosas, que solo merecen la aniquilación o el desprecio. Cuando discutan, no alcance niveles de intensidad encendida sino un tono replegado, lleno de resentimiento y hastío, donde cada tanto una válvula de escape expulse intempestivamente frases como: “Otra vez con lo mismo”, “Podrías haberlo dicho en su momento” o “No se te puede decir nada”. Después, todo debe apagarse en un silencio abominable, un cocido de ira y de desánimo. Piense mucho en los incontables sentidos de la palabra “antes” en la frase: “Antes no me decías esas cosas”. Cada tanto, evoque cómo era tiempo atrás, cuando la fantasía de la felicidad se sumaba a la felicidad dura y robusta que usted exudaba. Toda aquella euforia a borbotones. Toda aquella dicha vigorosa. El río de los días en los que solo había novedad y celebración. Recuerde el deseo monstruoso. Recuerde que se leían libros en voz alta. Recuerde que se contaban, sin cansarse, una y otra vez, las mismas historias: “Cuando yo tenía diez años”, “Cuando me fui de campamento con mis padres”, “Cuando me caí de aquel árbol”. Todo eso que ahora parece una cabellera arrojada al fuego de la que no quedan ni cenizas. Una noche, cuando estén durmiendo, despierte y sienta un ramalazo de ternura. Un brote de algo que parece estar hecho en partes iguales de raciocinio y sentimiento, que parece genuino, que no parece estar montado en la arquitectura de una emoción falsa, de una vehemencia pasajera. Un rapto. Dígase: “Tal vez”. Como si se dispusiera a contemplar un milagro de resurrección, déjese llevar por el impulso. Estire el brazo bajo las sábanas, coloque la mano sobre su hombro. Intente sentir aquel vibrato, aquella electrificación grosera, aquella gula pesada. No sienta nada.

relaciones inacabadas


A varios nos ocurre lo que a Juan José Millás. Quedamos sorprendidos de la brillantez que encierra la economía narrativa, muchas veces enunciada por personajes que no albergan ninguna pretensión de brillo, intelectual al menos. Trabajar tras una barra nocturna te regala de cuando en cuando perlas de este estilo. Anoche tuve varias, pero sólo una quedó apuntada en un papelito que hace nada saqué del bolsillo del pantalón. Da título a esta entrada.

500 vatios

Te pasas siete días leyendo sesudos análisis sobre los líos del Poder Judicial sin enterarte de nada, cuando llega Ignacio Cosidó y te lo explica en dos patadas. Cómo estarían de embrolladas las cosas para que el portavoz del PP en el Senado se viera obligado a explicar a los zoquetes de su partido que, gracias al acuerdo alcanzado con el PSOE, tendrían controlada la Sala del Supremo en la que esos mismos zoquetes podrían ser juzgados. Un WhatsApp. Eso es economía narrativa, como cuando Rajoy le dijo a Bárcenas que fuera fuerte, pues estaban en ello, y se nos hizo la luz, permitiéndonos verlo todo con una claridad pasmosa. Significa que quien tiene que dimitir, para que la decencia vuelva, es la realidad que ha hecho posible que Marchena renuncie a un cargo para el que no había sido nombrado todavía. Su comunicado es otro ejemplo de economía narrativa estremecedor. Deducimos, en fin, que la realidad vigente es toda ella producto de un desvarío criminal.
No hay nada que no se pueda contar en menos palabras de las que habitualmente utilizamos, de ahí la perplejidad que nos producen los sumarios judiciales de 10.000 folios. Hasta el silencio resulta a veces más locuaz que un discurso. La metamorfosis, de Kafka, explica el siglo XX en menos de 70 folios. Fíjense en el tamaño de El lazarillo de Tormes, en el de Pedro Páramo o en el de las novelas cortas de Cervantes. ¡Qué desproporción entre la magnitud de sus contenidos y el cuerpo de sus continentes! Yo leo por disciplina muchos editoriales que no entiendo porque parecen apagados hasta que una frase sacada de una agenda los ilumina como el haz de un foco de 500 vatios. Llamará Catalá para que hagamos un hueco en el AVE a Galicia a un donante del PP.

la pizarra de la intuición

“Mi equipo de los 60 revolucionó el baloncesto. Lo primero que hice fue variar la estructura y las posiciones. Cuando llegué a Madrid, los sistemas consistían en dos defensas altos, dos aleros pequeños y un pívot. Fuimos los primeros en jugar con un solo defensa, lo que luego se llamó el base, y después hice hincapié en los hombres altos y en el rebote para facilitar el contraataque de los jugadores más bajos y veloces. Subió la anotación y el espectáculo y sorprendimos a todos. No fue una cosa analizada y documentada. Fue mi idea del baloncesto. La apliqué y triunfamos”. Ataviado con su adorada chaqueta del Hall of Fame de la NBA, Pedro Ferrándiz cautiva con el sencillo relato de pionero con el que explica su éxito. El refundador del baloncesto en España cumple hoy 90 años en su Alicante natal, desde donde partió rumbo a la capital en plena posguerra para escribir una historia inopinada. 
A Pedro, con sus 90 años, me lo cruzo a menudo en los alrededores de mi casa haciendo deporte. Haciéndolo él, quiero decir. Siempre me pareció de una inteligencia callejera muy, pero que muy elevada. El equipo que aparece en la fotografía del artículo es de traca.

no, you don't





Qué animalá, por dios:

There are places I don't remember
There are times and days, they mean nothing to me
I've been looking through some of them old pictures
They don't serve to jog my memory

I'm not waking in the morning, staring at the walls these days
I'm not getting out the boxes, spread all over the floor
I've been looking through some of them old pictures
Those faces they mean nothing to me no more

[Chorus:]
I travel light
You travel light
Everything I've done
You say you can justify, mmm you travel light
I can't pick them out, I can't put them in these sad old bags
Some things you have to lose along the way
Times are hard, I'll only pick them out, wish I was going back
Times are good, you'll be glad you ran away

Do you remember, how much you loved me? 
You say you have no room in that thick old head
Well it comes with the hurt and the guilt, and the memories
If I had to take them with me I would never get from my bed
There's a crack in the roof where the rain pours through
That's the place you always decide to sit
Yeah I know I'm there for hours, the water running down (my) (your)face
Do you really think you keep it all that well hid? 

No but I travel light
You don't travel light
Everything I've done
It's just a lie, you don't travel light

I'm travelling light
No you don't travel light
I'm travelling light
No, no, you don't travel light
I'm travelling light
You don't travel light

El Royale

Para mi gusto, sobra soberbia: la del director y guionista.Pese a ello, sólo por la estética y la música merece el viaje. Ese tipo hará algo más que digno con el tiempo. Pitoniso.
Me encantan la cantante Cynthia y el Padre Flynn. Maravillosa pareja de perdedores que ganan.
Éramos cinco en la sala. Me tome una tableta completa de chocolate con avellanas y un litro de kefir.
Me gusta las reseñas del Guardian: aquí y aquí.

las tripas de Arlauckas


Mi padre con cuarenta y un años tuvo a mi hermana. Me imagino que para él ya tuvo que ser un fallo, aunque mi madre tenía treinta y tres y todavía estaba bien. Pero cuando llegué yo mi madre tenía cuarenta y mi padre cuarenta y ocho. Creo que fue la última vez que mi padre folló en su vida. Por lo menos a mi madre. Tener en el año 65 un niño con cuarenta años no era normal. Pero como eran católicos no usaban protección, así que seguro que dijo ¡ahí no entro más!

Joe tiene un talento para la narrativa grandioso. No es añoranza de tiempos pretéritos, es que ahora no hay Joes, lagartos, Norris, Cabreras, Creus, Pinones... En general son mejores los de ahora, pero falta narrativa, escenografía, épica, lírica. Así con todo.
La monumental entrevista está completa aquí.

extremando







Extreme ways are back again Extreme places I didn't know I broke everything new again Everything that I'd owned I threw it out the window; came along Extreme ways I know will part the colors of my sea perfect colored me Extreme ways they help me They help me out late at night Extreme places I had gone That never seen any light Dirty basements, dirty noise Dirty places coming through Extreme worlds alone Did you ever like it planned? I would stand in line for this There's always room in life for this Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart(x2) Extreme sounds that told me They held me down every night I didn't have much to say I didn't give about the life I closed my eyes and closed myself And closed my world and never opened up to anything That could get me at all I had to close down everything I had to close down my mind Too many things could cut me Too much could make me blind I've seen so much in so many places So many heartaches, so many faces So many dirty things You couldn't even believe I would stand in line for this It's always good in life for this Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart(x2) Oh Baby, oh baby Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart Oh baby, oh baby Then it fell apart, it fell apart Oh baby, oh baby Like it always does, always does

atroz

No se cansa Leila de caminar por el borde. Igual no sabe hacer otra cosa. Enlaza la instrucción con el poema de Sylvia de una manera sanguinaria. Y brillante.
Con ella, con Sylvia, me podré otro día, que hoy ya llego tarde.

Instrucción 13

En la cocina, a primera hora de la mañana, todavía adormecida, piense “debo tomar la pastilla”. Caliente café con el fuego de la hornalla demasiado alto, de forma que el café se queme. Al servirlo, derrame un poco sobre la mesa. No lo limpie. Trague la pastilla. Siéntase humillada por necesitar de esa ortopedia química. Cierre y abra los dedos con crispación, como si quisiera romper alguna cosa. Pase por delante del cuarto de sus hijos, que todavía duermen, y escuche las respiraciones calmas. Pregúntese por qué usted no puede sentirse liviana como ellos, como la carne de su carne. Regrese a la cocina. Contemple las tazas blancas, listas para ser utilizadas, y sienta que son la expresión de un desastre cotidiano, un tedioso desastre de ocho a veinte, de lunes a lunes, mes tras mes. Sienta terror de que todo se derrumbe. Sienta una necesidad intensa de que todo se derrumbe. Entienda qué es lo que le sucede —toda esa desazón lacerante, esa piedra de la locura— y deje de entenderlo un segundo después. Lave las cucharas que están en la pileta. Sienta un desánimo descomunal al pensar en todas las cucharas que ha lavado y en todas las que tendrá que lavar hasta el día en que se muera. Escuche que uno de sus hijos entra en la cocina y saluda: “Buenos días”. Dele la espalda. No le conteste. Es importante que haga sentir su malestar desde temprano, que extienda el lienzo de su descontento desde la mañana, que su amargura tenga el espesor y la solidez de las paredes de su casa. Piense que cuando su marido se despierte y entre en la cocina se sentirá aliviada por esa presencia tan simple y bien hecha como una mesa de madera. Pero cuando él se despierte, entre en la cocina y diga “buenos días”, no sienta alivio. Piense, como Sylvia Plath, “soy el centro de una atrocidad”. Pregunte: “¿Quién quiere tostadas?”.

putochinomaricón

A la mayoría de los creadores no habría que escucharles más allá de su obra. Eso me ha pasado con el zagal de abajo. Escucharlo ha sido una bofetada de mal gusto. No sé cuántas veces usa el pronombre singular de la primera persona en cuatro minutos, pero demasiadas; de los o seas, ni te cuento. Sin embargo, su  propuesta musical me gusta. Me parece coherente y, digamos, ingeniosa; y una bendición que haya surgido algo así. Supongo que en directo ganará por el elemento perfomativo.
De todas maneras, en general, uno se cansa de los mensajes claramente irónicos, claramente señaladores de la imbecilidad predominante, por demasiado poco  elaborados. Y también uno se cana del mundo low-fi, de la idolatración de los pocos medios, de los pocos recursos, de la ingeniería de la escasez, más que nada porque me levantan la sospecha de que tras el low, lo que hay es la escasez de otra alternativa más elaborada. Miró no pinta como pinta por no saber hacerlo de otra manera, eso lo tenemos claro. Con estos, y tendría que definir a quién aludo con estos, tengo serias dudas, por seguir con Miró, de si sabrían pintar de otra forma y, pese a ello, han elegido la deconstrucción del simplismo.





Marlena con y sin

Me pasó la primera, como un regalo. Convencido estoy de que sabía que me iría a la segunda. Tanto Cayo Largo...



Nikolai según Leif

Grandioso, grandilocuente, hiperbólico, excedentario. Todo: el compositor, la composición, el director...
309 sinfonías compuestas lleva mi rey. Menudo vikingo.
Absolutamente conmovedor el cierre de la actuación,  a partir del minuto 51. Las caras de los músicos reconocidos por su director lo dicen todo, empezando por el concertino. Pocas veces he visto tantas sonrisas, tantas expresiones bellas en los músicos de una orquesta al terminar un concierto.

revertir, descatalogar, desafectar y permutar

La soluciones, en realidad, llevan años sobre la mesa. Por un lado, está la opción de revertir. Algo complicado. Luego está la de la desafección, que consiste en descatalogar, algo ahora fuera de lugar. Y por último, se encuentra la opción de la permuta, que va unida a la desafección y consiste en canjear por otro equivalente. En casi 100 años, nadie se ha atrevido a tomar una decisión.

Todo es magnífico, superlativo e inspirador en la noticia y el artículo escrito por Berta, que empieza abajo.
La zona me la he recorrido en bicicleta y andando. Con nieve y sin ella. Y en mi ignorancia de datos, pero no de funcionamiento del ser humano, algo así pensé. Está claro si entiendes qué es Cercedilla, los sanatorios y el ferrocarril. Y las clases pudientes madrileñas, claro.

Casi 100 años después, el alcalde de Cercedilla se encontrará con un problema: estará en su mano expropiar 100 chalés, algunos de ellos pertenecientes a gente de alcurnia económica. Y esos casi 100 años están a punto de cumplirse. No tendrá que firmar un decreto polémico, simplemente esperar que la ley se cumpla y que 85,5 hectáreas de monte, que se cedieron en 1920 por una concesión, reviertan al municipio cumplida la fecha, con los chalés que se edificaron en su interior en este tiempo.  Luis Miguel Peña, de Izquierda Unida, prefiere no hablar de expropiar. O no quiere hacerlo. De momento, esperará a que pasen las elecciones municipales.
En Cercedilla y en el puerto de Navacerrada hay una patata caliente que lleva casi 100 años sin enfriarse. Suelo público ocupado. Sanatorios de altura para curar la tuberculosis que nunca llegaron a construirse. Casas majestuosas que sí emergieron en el lugar. Y un monte sin voz pero con voto. El que le otorga la ley. El 16 de abril de 2019 se cumplen los 99 años máximos estipulados de una concesión que el Estado hizo de tres montes de utilidad pública pertenecientes a ambos municipios. Eso quiere decir que, dentro de cinco meses, ese terreno, con todas sus infraestructuras, vuelve a pertenecer al monte y por tanto, debe “revertir” en él, según especifica la legislación. La Comunidad de Madrid, que ahora actúa como gestora, ha confirmado que esa concesión no es prorrogable. El Ayuntamiento de Cercedilla, que nunca dejó de ser el propietario, debe asumir como propio, muy a su pesar, ese monte de utilidad pública. Igual que el de Navacerrada. Y, entre medias, se encuentran los intereses privados de los dueños de unos 100 chalés en una zona y de unos 300 apartamentos en otra que quieren seguir siéndolo tras mucho tiempo y dinero invertido. Muchas presiones, décadas de mirar hacia otro lado y, por fin, una pregunta obligada: ¿Serán capaces las administraciones de enfriar la patata y tomar una decisión?

El resto está aquí, con el párrafo perlado, casi diría estrofa, al final.

las tabernas literarias de la isla

Otoño

La llovizna susurra con ritmo intermitente;
todo es brumoso, opaco, desvaído, irreal.
En los rincones húmedos de la calle silente
se posan los jirones de la niebla otoñal.

Yerguen su pesadumbre, ceremoniosamente,
el ancestral palacio y el convento ancestral.
La ciudad es serena y es altiva. Se siente
un profundo desprecio por todo lo banal.

Este otoño nostálgico destila su veneno
fugaz y melancólico en la entreabierta herida:
está de misticismo y de renuncia lleno.

Y al compás de la lluvia por el viento esparcida
la madeja de un verso, que es plegaria y es treno,
se va hilando en la rueca de la tarde dormida.

Luis Álvarez Cruz.

treno1

Del lat. tardío threnus, y este del gr. θρῆνος thrênos.
1. m. Canto fúnebre o lamentación por alguna calamidad o desgracia.
2. m. por antonom. Cada una de las lamentaciones del profeta Jeremías.

otro Fígaro

Si yo supiera que ustedes son de mi parecer les diría: háganse un favor, quédense en casa un día, preferentemente con meteoros desapacibles fuera de ella, y vean esta joya. Disfruten de la finura, de la elegancia, de la complicidad, del talento, del humor, de la belleza, de la justicia poética y no poética. Reconcíliense con la vida, si no lo estaban ya.
Pero no sé si son de mi parecer.



Como curiosidad, les diré que han trascurrido unos 35 años hasta que he conseguido dar con ella. Sólo recordaba una escena y una sensación. Y no me equivocaba.

noria de cangilón



Adoración a nuestra lengua. Aquí y  aquí hay más sobre el cangilón y el arcaduz. Bello.
cangilón

Quizá del lat. congius 'congio'.
1. m. Recipiente grande de barro o metalprincipalmente en forma de cántaroque sirve para transportarcontener o medir líquidos.
2. m. Vasija de barro o metal que sirve para sacar agua de los pozos y ríosatada con otras una maroma doble que descansa sobre la rueda de la noria.
3. m. Cada uno de los recipientes de hierro que forman parte de ciertas dragas y extraen del fondo de los puertosríosetc., el fangopiedras y arena que los obstruyen.
4. m. Cada uno de los pliegues hechos con molde y forma de cañón en los cuellos apanalados o escarolados.
5. m. C. Rica y Ven. Porción de terreno firme en que alternan zanjas o baches que se forman por el correr de las aguas de lluvia y el paso frecuente de las bestias.
6. m. Cuba. Desigualdad en la superficie del terreno.


arcaduz

De alcaduz.
1. m. Caño por donde se conduce el agua.
2. m. Cada uno de los caños de que se compone una cañería.
3. m. cangilón (‖ vasija de noria).
4. m. coloq. desus. Víamedio por donde se alcanza algo.