etude Op 8 No 12

De todas las manos que lo tocan, las de Horowitz, y hablo desde la aproximación de un mero aficionado, me parecen a años luz del resto. Incluyo en esta apreciación, oh anatema, las del propio compositor de la obra. La sutileza del judío, desde dónde parte y a dónde se lo lleva, no la encuentro en nadie más.
Por otro lado,verlo en directo, ya mayor, me conmueve.