“Mi equipo de los 60 revolucionó el baloncesto. Lo primero que hice fue variar la estructura y las posiciones. Cuando llegué a Madrid, los sistemas consistían en dos defensas altos, dos aleros pequeños y un pívot. Fuimos los primeros en jugar con un solo defensa, lo que luego se llamó el base, y después hice hincapié en los hombres altos y en el rebote para facilitar el contraataque de los jugadores más bajos y veloces. Subió la anotación y el espectáculo y sorprendimos a todos. No fue una cosa analizada y documentada. Fue mi idea del baloncesto. La apliqué y triunfamos”. Ataviado con su adorada chaqueta del Hall of Fame de la NBA, Pedro Ferrándiz cautiva con el sencillo relato de pionero con el que explica su éxito. El refundador del baloncesto en España cumple hoy 90 años en su Alicante natal, desde donde partió rumbo a la capital en plena posguerra para escribir una historia inopinada.
A Pedro, con sus 90 años, me lo cruzo a menudo en los alrededores de mi casa haciendo deporte. Haciéndolo él, quiero decir. Siempre me pareció de una inteligencia callejera muy, pero que muy elevada. El equipo que aparece en la fotografía del artículo es de traca.