Hay algo obsceno, algo inquietante en esta Salomé. Es de 1510, obra de Sebastiano del Piombo. Entre las muchas cosas que me sorprenden de la obra, la edad del autor es quizás la mayor: veinticinco años aproximadamente, quizás menos. Muy pocos para ser ya conocedor de semejantes intríngulis que quedan reflejados en su lienzo.
Italia abruma.