yo quise probar

Más razón que un santo, don Joaquín:

La gafitas de la pecas
Con complejo de muñeca desconchada
Frota su cuerpo desnudo
Contra el lino blanco y mudo de la almohada
Invisible entre la gente
Condenada a ser decente según fama
Que del cuello le colgaron
Los que nunca la invitaron a su cama
Cuando agoniza la fiesta, todas encuentran pareja, menos Lola
Que se va, sin ser besada
A dormirse como cada noche sola
y una lágrima salada
Con sabor a mermelada de ternura
Moja el suelo de su alcoba
Donde un espejo le roba la hermosura
Nadie sabe cómo le queman en la boca
Tantos besos que no ha dado
y en el corazón tan de par y par
y tan oxidado
Ojos lujuriosos de hombres
Que en el último tren me gustan y desean
Nunca miran dentro del escote de las feas
Besos en la frente, besos en la frente le dan
Besos en la frente
Nadie trata de ir más allá
Yo quise probar
Yo que en cosas del amor
Nunca me he guiado por las apariencias
En su cintura encontré
Una mariposa de concupiscencia
Las más explosivas damas
Me dejaban en la cama congelado
Ten cuidado al desnudarme
No vayas a estropearme mi peinado
Lola si que lo ha comprendido
Por caminos escondidos ha buscado
El agua que mana del oscuro manantial del pecado
y aunque me ha dejado marcado como un mapa
De arañazos en la espalda
Nunca hallé tanto calor como bajo su falda
y le he pedido vente conmigo
Aunque la peña diga tío que mal te lo montas
Harto como estaba de tanta guapa
Insípida y tonta
Paso de la falsa belleza igual que el sabio
Que no cambia parís por su aldea
y me abrazo a la verdad desnuda de mi fea.

Da igual, da igual


De madrugada, al amparo enajenante de un volumen considerable, unas luces alucinógenas, un cansancio empapado en lúpulo, es decir, reunidos los elementos necesarios para el viaje al pensamiento automático, despojado de la barrera del consciente, del tamiz del exceso de inputs, de madrugada, a que no sabes qué me vino a la cabeza. Nada nuevo, sólo que con esa forma que uno siente como precisa aunque no sea más que lo mismo pensado anteriormente, probablemente de día, pero con una percepción alterada. La alteración del momento, de los sentidos distorsionados, del qué demonios hago yo aquí, de que sólo el grito nos servirá, sólo quiero olvidar esta situación, lejos de tanta locura.

El resto, como siempre, donde Jon.


el cochecito de Rafael y Marco

De Goya a Tod Browning pasando por Velázquez, por citar algo; también podemos añadir a Lilian de Celis, en una escena increíble. Acojonante. La vi ayer por segunda vez. No doy crédito.