Del armenio Aram borré hace un día un disco entero de mi
discoteca. No soportaba tanta marcha militar encubierta, tanta beligerancia,
tanta Armenia, tanta Rusia, tantos años de sometimiento, insurrección, caballerías
cargando, tanques, frío... Sin embargo ese mismo tipo compuso esta delicadeza
que hoy escucho y traigo. Años cincuenta, segundo acto, un momento de felicidad
antes de que el sino trágico se apodere del hombre y la mujer, del amor. Del
amor no, pero sí de su materialización. Es un adagio, no en balde. Canónicamente
en el segundo acto; canónicamente para la época, entre 9 y 10 minutos.