El cuarteto dio soporte a lo que el de arriba ideó, creo, escribió y dirigió. Vienen del patio de butacas, no de la fila del cine, aunque pasen de un medio al otro por vasos comunicantes. Pero el origen es el origen. Cuando más he disfrutado de Penny es cuando el teatro supuraba en la pantalla, cuando el artificio era de tal calado que un desgraciado estibador del puerto londinense de finales del XIX venía a enunciar las cuatro cuestiones esenciales de la humanidad.
Penny Dreadful es un monumento de imposible creación si no hubiera en ocasiones una lluvia de Perseidas, es decir, una conjunción como la que antes he expuesto, una improbable unión de talento, amor por el medio, talento, solvencia económica, talento, pasión, talento y así ad infinitum.
Penny es, como todos los milagros, imposible si no fuera porque lo he visto.
Los ojos de Diana conectan con los de M. Jackson. No en vano lo de ambos. Los ojos de Diana son de regadera precoz, acordes con su talento, precoz también. El tema, lo de siempre, una pieza ensamblada a base de talento, como un crisol donde hubieran cristalizado los pequeños cristales que conforman el intangible. Me cuesta comprender cómo sobrevivieron los que lo hicieron.
I need love, love to ease my mind,
I need to find, find someone to call mine, But mama said you can't hurry love, No you just have to wait, She said love don't come easy, It's a game of give and take. You can't hurry love, No, you just have to wait, You gotta trust, give it time, No matter how long it takes; But how many heartaches must I stand Before I find a love to let me live again. Right now the only thing that keeps me hanging on, When I feel my strength, yeah, it's almost gone, I remember mama said,
You can't hurry love, No you just have to wait, She said love don't come easy, It's a game of give and take. How long must I wait how much more can I take, Before loneliness will 'cause my heart, heart to break? No, I can't bear to live my life alone. I grow impatient for a love to call my own, But when I feel that I, I can't go on, These precious words keeps me hanging on, I remember mama said,
Can't hurry love, No you just have to wait, She said love don't come easy, it's a game of give and take.
You can't hurry love, No you just have to wait, She said love don't come easy, It's a game of give and take No matter how long it takes.
No love, love don't come easy, But I keep on waiting, anticipating for that Soft voice to talk to me at night, For some tender arms to hold me tight. I keep waiting; I keep on waiting, But it ain't easy, it ain't easy when mama said
You can't hurry love no, You just have to wait, She said trust, give it time No matter how long it takes.
You can't hurry love You just have to wait, She said love don't come easy It's a game of give and take.
Carlos lo expresa muy bien, lo
de la improbabilidad. A mí me gustó el clima de asfixia existencial del
protagonista, efectivamente con un problema de credibilidad, como apunta el
citado. Me gustó la colección de miserias humanas, la familia como baluarte, la
charla del padre con el hijo en el coche. Pero sobre todo me hipnotizaron los
secundarios, de nuevo. Ese Arthur, maravillosa regadera incendiaria; y ese
Marty, al que no sé cómo describir, quizás sólo como el posibilismo ilustrado.
La trama, nada nuevo bajo el sol. La forma de contarla, interesante, con un
ligero despiste inicial. La volveré a ver. Hay momentos de verdadero gozo
secundario.