tus dientes son lo finito dentro de lo infinito

La de este domingo en El pajarito:
Así se titula en relato corto que sigue. La peculiaridad que alberga, al menos para un servidor, es su fecha de escritura: diciembre de 1995. Como me imagino que le ocurre a Ángel F. Saura con sus fotografías que aparecen en este suplemento dominical, volver a aquello que se creó hace tiempo es una experiencia asombrosa. Es fácil que uno se reconozca en su trabajo tanto como se extrañe; que el recuerdo que tenga de su creación y las circunstancias que lo rodearon se asemeje al recuerdo de una película vista hace mucho tiempo, un recuerdo mitad olvidado, mitad inventado, más basado en sensaciones que en fotogramas. Yo creo recordar que por aquel entonces tenía un canario y que ella tenía veinte años.
No sabría decir cómo pero salió de la Tierra en dirección al espacio, camino de su viaje exterior; bueno, sí, fue con la imaginación y, sin embargo, era todo tan real como si estuviese ocurriendo a la manera convencional. 
El resto, aquí.

2 comentarios:

  1. Me ha emocionado este relato.
    Me lleva a Caperucita en Manhattan.

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  2. Cuánto honor... Mucho que me alegro, de veras.

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