de Castro a García

Metamorfosis

No vivo aquí, soy de todos ellos,
un aire me respira.

Concha García

A veces (muy pocas, demasiadas,
suficientes),
me ha crecido una garra,
se ha afilado un colmillo entre mis dientes,
se ha cubierto mi piel
de un tupido pelaje.
Entonces, he sentido
esa especie de hambre
que sólo se sacia machacando:
la sed de acorralar,
el breve deseo de aplastarte.
La risa después de un golpe sucio,
algo ardiendo debajo de la falda.

Y es que, a veces (¿muy pocas?,
¿suficientes?, ¿demasiadas?),
me he escuchado emitiendo
el ruido de las bestias.

Olalla Castro Hernández

Anomalía

No paseo. Ni ando. Voy a casa.
Cayó del monedero el bono-bus
y tengo cinco duros. Ni para
cerveza me queda. Te amé
escrupulosamente. Iba
a charcuterías y te invitaba
a cenar. Eso era una muestra
evidente de mi ternura. No
tengo nada. Nada.

Concha García

No hay comentarios:

Publicar un comentario