irrefutable al final

POR QUÉ NO NOS LLEGAN POSTALES DE LAS COSAS QUE HICIMOS, DESDE SU LIMBO

Nos resistimos a separarnos porque
aunque ya no los frecuentemos
qué haremos con los nombres que nos dimos
qué con los bares en que bebíamos
qué con las esquinas que doblábamos
con todas estas cosas quizá hubo que hacer
algo que no hicimos y son mudas para decirnos
ahora si están a buen recaudo
si se cuidan solas
si han crecido y se bastan a sí mismas
y entonces como prueba irrefutable
al final lo que echaremos de menos es el cuerpo.

Bárbara Mingo Costales

trencita

Así nunca volvió a ser

Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.
 
Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
 
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.

Ángel González

vv. 35-46

Me volví a cruzar con él. No es que el resto del poema no lo merezca, pero quería poner el acento en este final pirotécnico:

Aunque de pronto frunzas                 35
la frente que atormenta un pensamiento
conmovedor y obtuso,
y volviendo hacia el mar tu rostro donde brilla
entre mojadas mechas rubias
la expresión melancólica de Antínoos,    40
oh bella indiferente,
por la playa camines como si no supieses
que te siguen los hombres y los perros,
los dioses y los ángeles,
y los arcángeles,                        45
los tronos, las abominaciones...

Jaime Gil de Biedma

Aquí hay un buen análisis del asunto.

sentado en el borde del camino

La letra original, versión en italiano y traducción se pueden hallar fácilmente.
Putos animales.

porque no las entiendo

Relativity

I like relativity and quantum theories
because I don't understand them
and they make me feel as if space shifted about 
like a swan that can't settle,
refusing to sit still and be measured;
and as if the atom were an impulsive thing
always changing its mind.

Relatividad

Me gustan la teoría de la relatividad y la cuántica
porque no las entiendo,
porque hacen que tenga la sensación de que el espacio vaga
como un cisne que no puede estarse quieto
que no quiere quedarse quieto ni que lo midan;
porque me dan la sensación de que el átomo es una cosa impulsiva,
que cambia siempre de idea.

D. H. Lawrence. La traducción la desconozco.

según el ABC, desde León

Mientras desciende el Sol… 

Mientras desciende el sol, lento como la muerte,
observas a menudo esa calle donde está la escalera
que conduce a la puerta de tu guarida. Dentro
se encuentra un hombre pálido, cumplida ya, remota
la mitad de su edad; fuma y se asoma
hacia la calle desviada; soríe solitario
a este lado de la ventana, la famosa frontera.

Tú eres ese hombre; una hora larga llevas
viendo tus propios movimientos
pensando desde fuera, con piedad,
las ideas que en el papel pacientemente depositas;
escribiendo, como fin de una estrofa,
que es muy penoso ser, así, dos veces,
el pensarse pensando,
la vorágine sinuosa de mirar la mirada,
como un juego de niños que tortura, paraliza, envejece.

La tarde, casi enferma de tan lejana,
se sumerge en la noche
como un cuerpo harto ya de fatiga, en el mar, dulcemente.
Cruzan aves aisladas el espacio de color indeciso
y, allá al final, algunos caminantes pausados
se dejan agostar por la distancia; entonces
el paisaje parece un tapiz misterioso y sombrío.

Y comprendes, despacio, sin angustia,
que esta tarde no tienes realidad, pues a veces
la vida se coagula y se interrumpe, y nada entonces
puedes hacer contra ello, más que sufrir un sufrimiento,
desorientado y perezoso, una manera de dolor marchito,
y recordar, prolijamente,
algunos muertos que fueron desdichados.

TELAS GRACIOSAS DE COLORES ALEGRES

Según el ABC de hoy Johnson ha motivado
un nuevo agonizante en la capital de Malasia
(se ve un caído junto a la bota de un policía
y la bandera norteamericana en un ángulo de la derecha.)

Caminando por la acera de Alenza en busca del kiosko
recordé moderadamente a una amante que tuve en Málaga.

Aquel soldado castellano que se llamó Jorge Manrique
escribió sobre esto palabras permanentes. Cuán presto
se va el placer, cómo se pasa la vida, aquellos días
de Málaga o del medievo qué fueron sino verduras de las eras.

Vuelvo a casa silbando una melodía de Fats Waller.
También aquella época de jazz comienza a ser prehistoria:
algunos artistas negros de nuestros días atomizados
desprecian a Louis Amstrong sus reverencias a los altos yanquis
y soplan sobre sus trompetas con la furia de un juramento.
Y mientras, Charlie Parker sigue muriendo ay sigue muriendo
y Vallejo se extiende en la conciencia de los jóvenes
que leen poesía y que esperan el veredicto de lord Russell
y Sartre y muchos más contra los importantes del país
más poderoso de la tierra (de estos hay señales inequívocas).
Paca viste a la niña con colores alegres:
tal vez vengan hoy los abuelos, esa pareja de casi ancianos
que han sufrido bastante y trabajado como bestias de carga.
Ella tuvo ocho hijos, enterró tres, atendió enfermedades,
y zurció ropa de los otros cinco; él, ah cómo lo amo,
hombre de precisas palabras, nos educó con su conducta,
perdió una guerra, enterró a sus padres, soportó
desesperación económica y separación de los suyos
y hambre y frío y calor y fatiga e insomnio,
todo cuanto nuestro país reserva a los matrimonios miserables.
Pon a Lupe los pendientes de oro y repite conmigo:
si alguna vez exiliamos a esos dos viejos de nuestro corazón
seremos unos hijos de perra, unos bastardos. Paca,
viste a la niña con colores alegres. Señores:
agoniza un manifestante en la capital de Malasia.

Y va desfalleciendo la mañana debajo de un sol casi baldío
mientras pasa mi juventud, las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras, qué fueron sino rocío de los prados.
Y mientras caen bombas y muertos sobre las junglas de Vietnam.

Ahora recuerdo una travesía solitaria y paciente
por calles de París. Era una madrugada de septiembre,
venía de amar a una mujer, iba a dormir a casa de un amigo
en la calle Maurice Ripoche; y caminaba y caminaba
rememorando al mismo tiempo mis insustituibles y pequeños sucesos de [hombre
y la Revolución Francesa; y calculaba de memoria mis francos
bajo una amable lluvia que mojaba
mis sucios cabellos, mis manos; que resbalaba
sobre mi fervor de vivir y la calamidad del mundo.

Escribo para vosotros, testarudos, calamitosos seres
que deambuláis en este laberinto agrietado de nuestro siglo.
Os mando cartas porque creo en el fenómeno poético,
lenguaje enloquecido y apesadumbrado que se derrite de calor
ante un malasio que agoniza entre el plomo y la rabia.
Escribo porque amo atrozmente lo que aún no ha sido todavía,
como lo amáis vosotros, gente, que vais por las ciudades
recordando y deseando, con un periódico arrugado
y un corazón que se hincha como un aullido en un barranco.
Escribo esta carta mientras oigo los ruidos de la cocina
y veo pasar el tiempo como un megaterio por la dulce ventana .
Escribo porque no soy un degenerado, porque estoy muy en deuda
con dos viejos que languidecen en la edad al borde de su nieta,
con una persona pequeña vestida con telas graciosas,
con seres que me dieron o me dan, con gentes que pasan,
con años que transcurren camino de los siglos,
con un sueño de amistad popular que cruza solitario
como un viejo vehículo del mar por el mar de la historia.

Félix Grande.

marco y marialuisa

Varios días de volver a verla -en pantalla grande-, tras veinte años, todavía me despierto con ella en la cabeza. O donde sea.
De este maravilloso análisis, profundo y didáctico, dejo esta frase:
Toda la puesta en escena lucha por el deseo inalcanzado que narra la historia.
Una marialuisa, por cierto, que no lo sabía, es un paspartú. Fíjate tú.
Y de los quipaos no sé ni qué decir, de tanto que decir. Para fliparlo ya del todo, aquí y aquí.
Se cubrieron de gloria. Sic.

 

December 9, 1996

 


All the times I can't be with you and you get tired of being left alone
And your mind needs reassuring that for me you're still the only one
This love I have for you is stronger now than it's ever been
So if you ever get the feeling I don't love you, feel again
Darling, all you have to do to feel the love I have for you is touch me
And you can't help but know there's a world of love that's burning deep within
Every day I'm thankful that I have you as a lover and a friend
So if you ever get the feeling I don't love you, feel again
Darling, all you have to do to feel the love I have for you is touch me
And you can't help but know there's a world of love that's burning deep within
Every day I'm thankful that I have you as a lover and a friend
So if you ever get the feeling I don't love you, feel again
If you ever get the feeling I don't love you, just feel again

ungüento escocés

Cómo echo de menos lo que echo de menos.



Y del prólogo de Álvaro Pombo al Eros y civilización:

Eros y civilización parte de la tesis sustentada por Freud –particularmente en El malestar de la cultura- de que la civilización necesita una rígida restricción del “principio del placer”. Pero a la luz de la propia teoría freudiana, y basándose en las posibilidades de la civilización llegada a madurez, Herbert Marcuse aduce que la existencia misma de ésta depende de la abolición gradual de todo lo que constriña las tendencias instintivas del hombre, del fortalecimiento de los instintos rivales y de las liberaciones del poder constructivo de Eros. Piensa Marcuse que los logros alcanzados por las culturas occidentales han creado ya los prerrequisitos para el surgimiento de una civilización no represiva, y señala las tendencias sociológicas y psicológicas que actúan en ese sentido. Esto lo lleva a un replanteamiento de la teoría freudiana en pugna con las escuelas neofreudianas (Eric Fromm, Karen Horney, Harry Stack Sullivan), que, en su opinión, han abandonado algunos de los descubrimientos más decisivos de la teoría psicoanalítica. "Eros y civilización, no nos saca de la utopía. Utopía de una civilización no represiva, de una sexualidad transformada en Eros creador. El asunto que quizá en último término Herbert Marcuse plantea, es el de que, no obstante ser las utopías imposibles, no nos resulta fácil imaginar el mundo sin esta su peculiar clase de imposibilidad. " 

suerte, azar, casualidades

Un poco de desengrasante para comenzar la semana. Adoro las perlas de Le Mans.


Disco: Catástrofe Nº17 [2003]
Autor: Teresa Iturrioz - Ibon Errazkin © Elefant Publishing

Si me daba vueltas la cabeza, tendía a sospechar

Por mi inclinación a lo terrible, cualquier fatalidad

 

Podía no ser nada y podía ser un cáncer

Tenía el alma en vilo por el miedo a la desgracia

 

Pero el cirujano de guardia resultó ser tan atractivo

Me curó de todos los males y se convirtió en mi marido

 

Hay que ver qué difícil es

Adivinar lo que nos depara el porvenir

 

Hay que ver qué tonta he sido siempre, qué le vamos a hacer

Pronto descubrí que el matrimonio no me iba a hacer feliz

 

El iba presumiendo de sus infidelidades

Y en las dificultades, yo más sola que la una

 

Pero fue en mi lecho de muerte que me percaté de mi suerte

Ahora voy camino del cielo donde ya no volveré a verte

 

Hay que ver

¿Has pensando alguna vez las vueltas que da el mundo?

Nadie sabe en qué consiste eso de la suerte

 

Suerte, azar, casualidades, siempre estáis en mis oraciones

Suerte, azar, casualidades, accidentes y enhorabuenas

Suerte, azar, casualidades, mil enigmas universales

ancestry

No resulta difícil irse a pensar en los orígenes, los ancestros de estos cuatro. Prosapia.

un poco de pop

Se me habían pasado estas dos perlas en la discografía de las criaturas. Un poco de pop desenfadado e irónico para estos días complicados, por un lado; por el otro, una sorpresa que se desvela al final, con todo su negro y amargo humor.