vv. 35-46

Me volví a cruzar con él. No es que el resto del poema no lo merezca, pero quería poner el acento en este final pirotécnico:

Aunque de pronto frunzas                 35
la frente que atormenta un pensamiento
conmovedor y obtuso,
y volviendo hacia el mar tu rostro donde brilla
entre mojadas mechas rubias
la expresión melancólica de Antínoos,    40
oh bella indiferente,
por la playa camines como si no supieses
que te siguen los hombres y los perros,
los dioses y los ángeles,
y los arcángeles,                        45
los tronos, las abominaciones...

Jaime Gil de Biedma

Aquí hay un buen análisis del asunto.

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