guess who I am!

CALLES DE SHANGAI

I

La mariposa blanca del parque es leída por muchos.
¡Amo esa mariposa blanca de la col como si fuese una esquina flameante
de la verdad misma!
Al amanecer empiezan a correr las masas por nuestro silencioso planeta.
Entonces, se llena de gente el parque. Para cada uno, ocho rostros
pulidos como jade, para todas las situaciones, para eludir
errores.
Para cada uno, también el rostro invisible que refleja “algo
de lo que no se habla”.
Algo que aparece en instantes cansados y es áspero como un trago
de licor de serpiente con su largo dejo escamado.
Las carpas en el estanque se mueven constantemente,
[nadan mientras duermen,
son un ejemplo para los creyentes: siempre en movimiento.

II

En la mitad del día. La ropa lavada flamea en el viento
gris marino, alto sobre los ciclistas
que vienen en denso enjambre. ¡Prestad atención a los laberintos laterales!
Estoy rodeado de signos de escritura que no puedo descifrar,
soy completamente analfabeto.
Pero he pagado lo que debía y tengo recibo de todo.
He cargado con tantos ilegibles recibos.
Soy un árbol viejo con hojas secas que cuelgan todavía y
no pueden caer a tierra.
Y un soplo del mar hace que todos esos recibos crujan.

III

Al amanecer empiezan a caminar las masas por nuestro silencioso planeta.
Todos estamos a bordo en la calle,
es el tumulto, como en la
cubierta de un ferry.
¿Hacia dónde vamos? ¿Son suficientes las tazas?
¡Considerémonos felices, porque alcanzamos a abordar esta calle!
Estamos a mil años del nacimiento de la claustrofobia.
Tras cada uno de los peatones, flota aquí una cruz que quiere alcanzarnos,
pasar junto a nosotros, reunirse con nosotros.
Algo que quiere deslizarse en nosotros de atrás y cubrirnos
los ojos y susurrar “¡adivina quién soy!”.
Parecemos casi felices al sol, mientras nos desangramos por
heridas que no conocemos.

Tomas Tranströmer

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